Definición de injuria
En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término injuria que ahora nos ocupa. En concreto, deriva de la palabra “iniuria”, que puede traducirse como “afrenta contra el derecho” y que es el resultado de la suma de tres componentes léxicos de dicha lengua:
-El prefijo “in-”, que puede traducirse como “no” o “sin”.
-El sustantivo “ius, iuris”, que es equivalente a “derecho”.
-El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”.
El concepto se emplea para aludir a una ofensa o un insulto que ultraja el buen nombre o el honor de un individuo.
Por ejemplo: “¡No voy a permitir que pronuncies una injuria semejante en mi casa!”, “Estoy cansado de las injurias de mi vecino”, “El cantante le exigió al periodista que se retracte de la injuria o de lo contrario lo demandará”.
Además de las palabras que hemos ya indicado, hay otras que también pueden usarse como sinónimos de injuria. Nos estamos refiriendo a agravio, ultraje, vejación, afrenta, perjuicio, daño, menoscabo o incluso deterioro.
Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con términos como adulación, cumplido, elogio, enaltecimiento, encomio, piropo, lisonja o loa, entre otras.
En el terreno del derecho, la injuria se entiende como un delito que implica la imputación a una persona de una conducta o un hecho que afecta su estimación o su renombre. Aunque la tipificación depende de cada legislación, a nivel general puede decirse que una injuria es una expresión que provoca la deshonra de otro sujeto.
Por las características de la noción, la definición de injuria en el plano legal es compleja. Aquello que puede considerarse como injuria es subjetivo y depende del contexto, la época, etc. La premisa es que todos los seres humanos tienen derecho a que se los respete; la injuria supone una violación de ese derecho ya que daña la reputación.
En distintos ordenamientos jurídicos, la injuria aparece como una acción que menoscaba la dignidad, ofende el honor o daña el decoro. Quien se siente víctima de un accionar de este tipo, puede acudir a la Justicia denunciando la injuria.
En España están recogidos en el Código Penal tanto lo que es el delito de injurias como el delito de calumnias. En ocasiones, ambos suelen confundirse, pero hay que tener claro que no son lo mismo. Así, mientras que el de injurias se produce cuando alguien realiza una imputación deshonrosa a otra, el de calumnias tiene lugar cuando una persona imputa de manera falsa a otra lo que es un hecho punible.
Para entenderlo mejor, un delito de injurias podría ser exponer públicamente que una persona ejerce la prostitución sin ningún tipo de prueba y con el objetivo de ofenderla. Por otro lado, un delito de calumnias se produciría cuando un empleado de una empresa acusa a otro de robar material de la misma, es decir, lo acusa de un delito de apropiación indebida.
Más allá de lo judicial, la idea de injuria también se utiliza para nombrar la incomodidad o el perjuicio que provoca algo, de acuerdo a lo indicado por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario.