Definición de ineptitud
El concepto de ineptitud, procedente del vocablo latino ineptitūdo, se vincula a la ausencia de aptitud. La idea de aptitud, por su parte, alude a la capacidad o a la facultad de realizar algo de manera correcta.
Por ejemplo: “La ineptitud del gobierno para gestionar la economía está llevando a miles de empresas a la quiebra”, “El director técnico ya mostró su ineptitud, ahora los dirigentes del club deben despedirlo y contratar a un entrenador más capaz”, “Perdí el juicio por la ineptitud de mi abogado”.
La ineptitud suele quedar expuesta cuando una persona fracasa en una tarea. Si un hombre pide trabajo como cocinero en un restaurante pero termina quemando todas las comidas que prepara, lo más probable es que lo despidan al poco tiempo por su ineptitud, ya que se espera que un chef sepa cómo elaborar y servir los alimentos.
Muchas veces, sin embargo, el no cumplimiento de un objetivo tiene que ver con circunstancias que van más allá de la aptitud de un individuo. Supongamos que un equipo de básquetbol (baloncesto) sufre las lesiones de sus dos mejores jugadores, mientras que otros dos deportistas se niegan a entrenar y a jugar por falta de pago. Ante esta situación, el conjunto afronta varios partidos con jugadores juveniles, perdiendo todos esos juegos. Para algunos simpatizantes, la culpa es del entrenador, a quien le endilgan su ineptitud para obtener resultados positivos. Otros, en cambio, reconocen que los problemas trascienden al coach y por eso no creen que el mal momento esté vinculado a la falta de conocimientos o de destrezas del responsable táctico del plantel.
No cabe duda de que el término ineptitud y su repectivo adjetivo, inepto/a, tienen una connotación negativa. Resulta muy difícil imaginar una situación en la cual alguien se refiera a otra persona usando este calificativo sin sentir algún tipo de enfado o frustración por su falta de habilidad.
Esto no significa que la palabra en sí misma tenga algo de malo, por así decirlo. En nuestra comunicación necesitamos todas las herramientas posibles para expresar un gran rango de sentimientos y para describir un sinfín de sucesos; si una persona no hace bien su trabajo y, peor aún, si por esta razón nos vemos perjudicados, no es incorrecto ponerlo en palabras.
El problema comienza cuando usamos este adjetivo para insultar al individuo, porque esto puede herir sus sentimientos. Siempre existe un modo mejor de decir las cosas. Por ejemplo, si estamos a cargo de un empleado que no exhibe ninguna habilidad y hace mal todas las tareas que le encargamos, a menos que veamos un poco de esperanza deberemos despedirlo; llegado el momento de hablar con él, no es necesario atacarlo por su ineptitud, sino en todo caso decirle que su rendimiento no ha sido satisfactorio.
Si a las palabras suaves les sumamos frases como «lo siento mucho» o «realmente lamento que esto no haya funcionado» podemos matizar amablemente la descripción de la situación sin llegar a lastimar a la persona. De hecho, usar el término ineptitud para describir a un individuo indica que estamos enfadados con él, y esto no siempre ocurre con un empleado que no alcanza las expectativa de sus empleadores.
En los ejemplos expuestos más arriba se habla de un político, de un entrenador de fútbol y su equipo, y precisamente estas figuras suelen generar un sentimiento de pasión en sus seguidores, quienes depositan en ellos mucha fe y les dedican decenas de horas al mes. Cada vez que su rendimiento no es el esperado, la decepción puede ser muy profunda, y por eso puede aparecer el término ineptitud para expresarla.