Definición de indolente
El adjetivo indolente, que procede del vocablo latino indŏlens, tiene tres acepciones de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE). El término puede referirse a quien no experimenta dolor, no suele conmoverse o resulta holgazán.
Por ejemplo: “El joven, indolente, siguió adelante como si nada hubiera pasado”, “La sociedad no puede permanecer indolente cuando cada día miles de personas son expulsadas del sistema y terminan en la marginalidad”, “Es un muchacho indolente, prefiere estar tirado en la cama antes que trabajar o estudiar”.
Por lo general se califica como indolente a aquel que no reacciona o se mantiene impasible frente a algo que debería inquietarlo, preocuparlo o impresionarlo. La indolencia, en este marco, suele vincularse a la insensibilidad.
Supongamos que el presidente de un país anuncia un aumento masivo de los impuestos y de los servicios públicos y, de manera simultánea, recorta las ayudas sociales y minimiza las prestaciones que brinda el Estado. Esta decisión provoca en unos pocos meses un drástico aumento de la pobreza y cada vez más personas tienen serios problemas para satisfacer sus necesidades básicas. Por eso comienzan a sucederse los reclamos y desde diversos sectores se le pide al mandatario que modifique sus políticas. El presidente, pese a todo, decide seguir adelante con su plan sin cambios ni concesiones. Ante esta realidad, muchos analistas y periodistas lamentan que el presidente se mantenga indolente, sin escuchar a la población.
El dueño de una empresa, por su parte, se niega a otorgarle un adelanto de sueldo y a concederle días libres a un trabajador cuyo hijo se enferma de gravedad de forma repentina. El empresario apenas cumple con aquello que le exige la legislación, pero no tiene ningún gesto de buena voluntad: es indolente al sufrimiento de su empleado.
Dado que nos encontramos ante un término que no se usa con mucha frecuencia en el habla cotidiana, sino que se reserva para los artículos periodísticos y la literatura, resulta de gran ayuda echarles un vistazo a sus sinónimos más comunes para entender con mayor precisión su significado y sus varios matices. Entre los más frecuentes están los siguientes: desidioso, vago, abúlico, dejado, abandonado, gandul, descuidado, negligente, indiferente, flojo, apático, perezoso y haragán.
Como podemos notar en la lista de sinónimos, tenemos subgrupos que sirven para sustituir la palabra indolente especialmente en las dos siguientes acepciones: «que no se conmueve o se ve afectado por los sucesos que lo rodean»; «perezoso, flojo». Con respecto a la que lo define como «insensible, incapaz de sentir el dolor» quizás la relación con estos sinónimos sea más sutil.
Algo que resulta innegable después de observar su definición y las palabras relacionadas es que un individuo calificado de indolente no está bien visto, no tiene una actitud ejemplar y deseada por su entorno. ¿Quién podría querer ser etiquetado como perezoso o negligente? Una persona que no tiene una tendencia natural a la acción, que prefiere mantenerse a un lado de la vida o que no se compromete con los demás cuando estos más lo necesitan representa un cuadro verdaderamente lamentable.
La pereza suele ser interpretada como la falta de voluntad en un momento determinado, pero se trata de algo mucho más grave: es una forma de vivir o, mejor dicho, de no hacerlo. El individuo perezoso reúne varias de las peores características de la personalidad, como ser la negligencia, el descuido y la falta de puntualidad. El mundo se construye gracias al esfuerzo y el compromiso, y da resultados que aprovechamos todos: desde el cine hasta la medicina, pasando por la tecnología del entretenimiento, nada de esto existiría si reinara la indolencia.