Definición de increpar
El verbo increpar, que deriva del latín increpāre, alude al acto de regañar o reñir de manera severa.
Ese término latino tenemos que subrayar que es fruto de la suma de dos componentes léxicos claramente diferenciados:
-El prefijo “in-”, que en este caso significa “hacia dentro”.
-El verbo “crepare”, que es sinónimo de “crujir” y de “producir un ruido seco”.
Al increpar, se pretende obtener una respuesta o una reacción de la persona increpada.
Por ejemplo: “El hombre detuvo su vehículo en el medio de la avenida para increpar a otro conductor, a quien acusó de realizar una mala maniobra”, “El futbolista, furioso, comenzó a increpar al director técnico por el cambio”, “Cuando me vio con la camiseta de mi equipo, el joven me empezó a increpar, pero luego se tranquilizó”.
Reprender, reñir, advertir, regañar, corregir, amonestar, sermonear e incluso insultar son algunas de las palabras que funcionan como sinónimo del término que ahora nos ocupa. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con palabras como alabar, ensalzar, elogiar o magnificar, por ejemplo.
Cuando alguien se dedica a increpar a otro individuo, expresa su enojo o malestar por alguna situación. Tomemos el caso de una cena familiar donde, en el medio de una charla, un hombre afirma que las mujeres tienen que dedicarse solamente a cocinar y a lavar la ropa ya que, en su opinión, no saben hacer nada más. Ante esa actitud propia del machismo, una chica que forma parte de la reunión se enoja y decide increpar al sujeto, señalándole que ella cuenta con un título universitario, asume grandes responsabilidades en su trabajo y además se encarga de la crianza de sus hijos. Al increpar públicamente al individuo, por lo tanto, deja expuesta la ignorancia del machista.
En el ámbito de la política es muy frecuente que se utilice el término incrementar. En concreto, se emplea en los medios de comunicación para hacer referencia a que un ministro, por ejemplo, ha acudido a un acto público o a dar una conferencia y ha sido increpado por ciudadanos que le esperaban a las puertas del lugar donde iba a tener lugar el citado evento.
Así, se puede decir: “El ministro de Educación fue increpado a la entrada de la universidad, donde iba a impartir una conferencia. Jóvenes estudiantes universitarios quisieron reprocharle sus medidas de recortes en materia de becas y ayudas”.
De la misma manera, en el mundo del deporte también se usa muchas veces, lamentablemente, este verbo. Así, por ejemplo, en varias ocasiones Lionel Messi ha sido increpado a la finalización de un partido que ha perdido con la selección argentina. Aficionados del equipo le han reprochado que no juegue con tantas ganas o con tanto acierto como cuando disputa encuentros con el F.C. Barcelona.
En ocasiones increpar permite exteriorizar una molestia y poco más. En otras situaciones, en cambio, puede ser el primer paso para el desarrollo de un diálogo constructivo o para alcanzar un acuerdo. Un adolescente, enojado con un amigo, lo increpa porque considera que actuó mal en un determinado momento. Al conocer ese disgusto, el muchacho increpado comprende que se equivocó, pide disculpas y se compromete a no volver a comportarse de ese modo.