Definición de impulso
Del latín impulsus, el término impulso hace referencia a la acción y efecto de impulsar (incitar, estimular, dar empuje). Impulso también es la sugestión e instigación. Por ejemplo: “Este premio es el impulso que necesitaba para continuar con mi carrera de escritor”, “Vamos a dar impulso a todas las actividades productivas que se desarrollen en el territorio provincial”, “Necesitamos impulso para salir adelante”.
Se conoce como impulso al deseo o emoción que lleva a realizar algo de manera intempestiva y sin reflexión: “No sabía lo que hacía; fue sólo un impulso”, “Perdón, me deje llevar por el impulso”, “Tomé su mano y la besé: fue un impulso pero valió la pena”, “A veces hay que escuchar al corazón y actuar por impulso: es la única forma de ser feliz”.
Impulso es, por otra parte, la fuerza que lleva un cuerpo en movimiento o en crecimiento: “El impulso del balón fue suficiente para llegar a la portería”, “El coche se quedó sin combustible a media vuelta del final, aunque terminó cruzando la meta gracias al impulso que traía”.
La expresión “tomar impulso” está vinculada a la acción de correr para efectuar un salto o un lanzamiento con mayor ímpetu: “Cuidado con el pozo: tienes que tomar impulso y saltar con todas tus fuerzas”, “El atleta tomó un largo impulso y lanzó la jabalina a una distancia que marca un nuevo récord olímpico”, “Tomé impulso y traté de saltar el charco, pero caí justo en medio del agua y tuve que cambiarme las zapatillas y las medias”.
Los impulsos eléctricos y la electroestimulación muscular
Los impulsos eléctricos son variaciones en la intensidad o en la tensión de una corriente de tipo pulsatorio, y suelen durar tan sólo unos microsegundos y mostrar una onda angulosa. Uno de los ámbitos en los cuales se utiliza este concepto es la fisioterapia, más precisamente la electroestimulación. En dicho contexto, para obtener el resultado deseado en cada caso es esencial conocer las características del impulso eléctrico, que detallamos a continuación:
* frecuencia: define cuántas veces un impulso se produce por segundo y representa uno de sus parámetros más significativos. Con respecto a la terapia muscular, las frecuencias más bajas estimulan las fibras lentas, mientras que las altas afectan las fibras rápidas. Para fortalecer los músculos lentos, tanto éstos como los rápidos, o tan sólo los rápidos, se utilizan los rangos de 2 a 30, de 30 a 70 y de 80 a 120 hercios, respectivamente;
* tiempo o anchura: se trata de la duración de los estímulos, cuya magnitud debe medirse en microsegundos, tal y como detalla la ley de Weiss (la cual establece una relación entre la amplitud, la intensidad y el tiempo que dura la aplicación). Un término relacionado con este punto es cronaxia, que viene de los conceptos tiempo y valor, y especifica el tiempo que se necesita para conseguir que una corriente trabaje sobre un músculo y produzca una contracción;
* intensidad: también llamada amplitud, debe medirse en amperios (la unidad utilizada como base para registrar la intensidad de la corriente eléctrica). Cuando se trabaja con la electroestimulación es fundamental prestar especial atención a las sensaciones que el paciente experimenta a cada paso; básicamente, se distinguen tres momentos, que son aquél en el cual se comienza a sentir la corriente, el punto en el que aparecen las contracciones y la llegada del dolor. A través de la correcta configuración de la amplitud de los impulsos, es posible evitar las molestias, a la vez que se maximiza el rendimiento de la aplicación.
Por último, es importante observar atentamente el tiempo que pasa entre una contracción y la siguiente; esto se conoce como tiempo de reposo, y está directamente relacionado con el resultado del tratamiento. En pocas palabras, cuanto menor sea dicho lapso, mayor será el esfuerzo.