Definición de hospitalidad
La hospitalidad es una virtud o cualidad que consiste en tratar bien, con amabilidad, al prójimo. El término, cuyo origen se halla en el latín hospitalitas, contempla la asistencia y la atención de todo aquel que necesita algo.
Por ejemplo: «El cantante agradeció la hospitalidad de sus admiradores, quienes hicieron que se sintiera como en su casa», «¿Cómo vas a dejar que tu primo duerma en la calle? ¿Dónde está tu hospitalidad?», «Gracias por la cena y por tu hospitalidad, Clara».
En la antigüedad, la hospitalidad era una de las virtudes más valoradas. Por eso las personas consideraban que era un deber o una obligación ser amable con los desconocidos, los viajeros o las personas extranjeras.
En ciertas culturas árabes y orientales aún se mantiene la importancia de la hospitalidad, a diferencia de lo que ocurre en las sociedades occidentales, donde las muestras desinteresadas de caridad son más comunes en el campo y los pequeños pueblos. La complejidad del mundo moderno, de todas maneras, hace que la hospitalidad suela canalizarse a través de entidades u organizaciones no gubernamentales.
Cuando la hospitalidad se convierte en delito
En países donde la situación económica y social dificulta la vida y el desarrollo de sus habitantes, muchos optan por emigrar. España es el destino elegido de muchas personas, sobre todo latinoamericanas, que buscan mejores condiciones laborales, más oportunidades y seguridad, entre otras cosas. Sin embargo, es de público conocimiento que para ingresar en un país es necesario reunir ciertos requisitos, que podemos resumir en tener una visa o haber heredado la ciudadanía correspondiente.
De no cumplir con estas reglas, en general la persona extranjera es deportada a su lugar de origen. Pero también suelen imponerse sanciones a los lugareños que contribuyan de alguna manera con su permanencia mientras no cuente con los papeles requeridos. En el caso de España, esta pena alcanzó los 10.000 euros, generando una resonada protesta en el año 2009, a través de la plataforma «Salvemos la Hospitalidad».
El miedo a la hospitalidad
Otro factor enemigo de la hospitalidad es la sensación de inseguridad que se da, sobre todo en las ciudades. Dado el alto porcentaje de criminalidad y su tendencia creciente en las grandes metrópolis, como ser Madrid y Nueva York, es común que las personas sientan miedo de los desconocidos. Las repercusiones de esta epidemia se aprecian, no sólo cuando alguien no ofrece alojamiento a quien lo necesita, sino en casos terribles en que se niega asistencia a un herido, por no saber si se trata de una puesta en escena para un atraco.
La hospitalidad a menudo es asociada con la empatía y la compasión, dos cualidades que escasean cada día más en nuestras aceleradas vidas. Muchas veces impulsados por creencias que les han sido inculcadas por sus padres, los niños agreden física y psicológicamente a sus compañeros de escuela, provocando muchas veces daños irreparables, que acaban en el suicidio. Los defectos físicos, la homosexualidad, dificultades en el aprendizaje, son algunos de los objetivos de burlas y humillaciones en infinidad de centros educativos. Esto es la antítesis de la hospitalidad, y muchas veces quienes la ejecutan no creen en sus actos, pero temen las consecuencias de la desobediencia.
Otras acepciones
La noción de hospitalidad, en otros sentidos, puede vincularse a la idea de banquete. Un banquete es una comida o una fiesta que se realiza con motivo de celebración, para agasajar u homenajear a alguien. El anfitrión, por lo tanto, es hospitalario con quien es el protagonista del homenaje.
El concepto también solía utilizarse con referencia al periodo en el que una persona permanecía en un hospital, cuando su concepto denotaba un recinto destinado al ejercicio de la caridad. Actualmente, el hospital se asocia al establecimiento que ofrece servicios relacionados con la salud.