Definición de horquilla
La Real Academia Española (RAE) reconoce más de una decena de acepciones del término horquilla. El concepto puede hacer referencia a una horca: un palo que finaliza en al menos dos púas, utilizado por los labradores durante su actividad.
Una horquilla también es una vara con dos puntas que se emplea para armar un parral o soportar las ramas de un árbol y el pie que se destina al apoyo de un arma de fuego.
Aquellas piezas que tienen forma de Y, usadas para hacer girar o sujetar otras piezas, reciben el nombre de horquilla. Es posible encontrar este tipo de horquillas en diferentes ámbitos.
En las motocicletas y bicicletas, la horquilla se compone del tubo de dirección y de brazos que sostienen el buje de la rueda delantera. Por lo tanto, este elemento va desde el manubrio (manillar) hasta el eje de la rueda.
En el caso de las motos, la horquilla suele incorporar el freno delantero y la suspensión. Existen diferentes clases de horquillas, como la horquilla atrasada, la horquilla adelantada y la horquilla telescópica, entre otras.
Las horquillas de las bicicletas, en tanto, suelen fabricarse con fibra de carbono o aluminio. La anchura del sector superior les confiere resistencia, mientras que, en la base, la horquilla debe ser fina para no absorber las vibraciones.
Si nos centramos en la industria automotriz, el concepto de horquilla también se utiliza para nombrar una parte de los coches de cuatro ruedas, en particular una que se halla en el sistema de suspensión y se fabrica en aluminio o acero. La horquilla vincula una rueda frontal o trasera con el chasis, y su principal función consiste en impedir que ésta gire sin control de un lado al otro; en otras palabras, que se mantenga paralela al cuerpo del vehículo.
Sobra decir que las horquillas de los coches deben mantenerse en perfectas condiciones para minimizar el riesgo de accidentes de carretera. El uso las deteriora y por eso es necesario reemplazarlas o, en algunos casos, repararlas. Existen diferentes configuraciones, como ser las que tienen solamente una horquilla por rueda y las que tienen dos, una sobre el brazo oscilante y otra bajo el cubo. Esta última permite un desplazamiento más eficaz sin que se pierda la alineación.
En el automovilismo, por último, se denomina horquilla a una curva muy cerrada, que suele generar un giro de unos 180°. Es habitual que la horquilla aparezca tras una recta extensa, obligando a realizar una frenada brusca y, de este modo, favoreciendo los adelantamientos.
Conducir un automóvil no es fácil, a pesar de que tanta gente acceda al carnet y se movilice por la vía pública a diario. Los dos extremos que debemos evitar son los accidentes y el incumplimiento de las normas; en ambos casos, prestar atención al entorno es fundamental, así como hacer un buen uso de los diferentes conocimientos técnicos necesarios para dominar el vehículo, en particular ante una situación imprevista o en el contexto de una maniobra difícil, como puede ser una curva muy cerrada.
Las horquillas no son normales en la vía pública, pero sí forman parte de algunas pistas de carreras, y la técnica necesaria para superarlas con éxito exige mucha práctica y concentración. Mientras que a simple vista podríamos determinar que la mejor manera de encararlas sería trazando un arco de gran amplitud que coincidiera en su ápice con el punto central de la curva, en la práctica se prefiere un punto de giro tardío para obtener una buena salida. Por lo general, pasa mucho tiempo entre la curva y el momento en el cual el corredor puede volver a acelerar considerablemente.