Definición de hora
En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término hora. En concreto, deriva de “hora” que, a su vez, emana de la palabra griega “hora”, que tiene el mismo significado que para nosotros. Es interesante saber también que en Grecia las “Horai” eran precisamente las diosas de las estaciones del año.
Una hora es una unidad temporal equivalente a 60 minutos o a 3600 segundos. Cada día se divide en 24 horas: por lo tanto, dos días suman 48 horas, tres días acumulan 72 horas, etc.
Por ejemplo: “Faltan dos horas para que comience el partido y el estadio ya está lleno”, “¿A qué hora vamos a almorzar? Tengo hambre”, “Después de catorce horas de vuelo, llegamos a Sudáfrica”.
Aunque la hora equivale a un tiempo específico (60 minutos), el término también tiene otras connotaciones de acuerdo al contexto. La hora, en este marco, puede tratarse del instante adecuado u oportuno para realizar algo: “Hace varios días que está rota la ventana, ya es hora de llamar a alguien para que la repare”, “¡Llegó la hora de la diversión! Comienza el recreo…”, “Por favor, guarda silencio: es hora de descansar”.
El concepto de hora también se emplea para aludir a los momentos finales de la vida: “El abuelo no está bien, creo que ya le llegó su hora”, “Ya llegará tu hora, aunque por el momento no tienes ningún problema grave de salud”, “Cuando le llegó la hora, el condenado se limitó a rezar”.
La idea de última hora, por otra parte, se vincula a lo que acaba de ocurrir o de conocerse o a lo que se hace a las apuradas antes de que sea tarde: “Una información de última hora indica que el gobierno estadounidense planea bombardear Siria antes del fin de semana”, “Estamos con los arreglos de última hora antes de la fiesta”.
Cuando la noción se utiliza en plural, por último, suele hacer referencia a un horario incómodo o que no es habitual: “¿Te parece que estas son horas para salir de casa?”, “¿Y a estas horas pretendes que te prepare la comida?”, “No son horas para estar escuchando música a todo volumen”.
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de una larga lista de obras culturales que tienen en sus títulos la palabra que ahora nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, de la novela “Las horas”, publicada en 1999 por Michael Cunningham y que obtuvo el Premio Pulitzer.
Cuenta la historia de varias mujeres, de diferentes épocas y rincones del mundo, que se encuentran ‘afectadas’ o influenciadas por una novela de la escritora Virginia Woolf, concretamente por la titulada “La señora Dalloway” (1923).
Esas tres féminas son la propia Woolf; la señora Brown que es la esposa de un veterano de la Segunda Guerra Mundial y que está organizándole a este una fiesta de cumpleaños, y Clarissa Vaughn. Esta es una lesbiana del siglo XXI que le está preparando a su amigo, que está muriéndose de SIDA, una celebración por un premio que ha recibido.
“La hora de despertarnos juntos” (2016) de Kirmen Uribe, “La hora de la araña” (1992) de James Patterson, “La hora de la verdad” (2013) de Glenn Cooper o “La hora de las brujas” (1990) de Anne Rice son otras de las novelas que llevan en su título el término que nos ocupa.