Definición de hiperplasia
Si queremos descubrir el significado del término hiperplasia es necesario, en primer lugar, indicar su origen etimológico. En este caso, podemos indicar que es una palabra que deriva del griego, concretamente es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El vocablo “hyper”, que es sinónimo de “excesivo”.
-El adjetivo “plasía”, que puede traducirse como “formado” o “moldeado”.
Asimismo, tenemos que indicar que este término fue utilizado por primera vez en el siglo XIX. En concreto, fue en el año 1861 cuando se habló en inglés de “hyperplasia” en un documento médico en el que se indicaba que aquella venía a ser una especie de hipertrofia que se identifica porque se produce una gran multiplicación de lo que son las células.
El término hiperplasia se utiliza en el terreno de la medicina y la biología para aludir a la proliferación exagerada de células normales en un tejido o en un órgano. Esta multiplicación de la cantidad de células provoca un incremento del tamaño del tejido u órgano en cuestión.
Mientras que la hiperplasia implica un aumento del número de células, la hipertrofia supone un crecimiento del tamaño celular. En ambos casos, la consecuencia es un desarrollo excesivo de los tejidos.
La hiperplasia es un proceso que se lleva a cabo en las glándulas mamarias cuando la mujer se encuentra en periodo de lactancia, por ejemplo. En el ciclo menstrual, a su vez, se produce la hiperplasia endometrial, aunque esta hiperplasia del endometrio también puede deberse a algún tipo de trastorno.
La hiperplasia benigna prostática, por otra parte, es una afección que padecen muchos ancianos. Consiste en el aumento del tamaño de la próstata, que deriva en una compresión de la uretra. Ante esta situación, la persona puede tener dificultades para orinar o puede producirse un reflujo de la orina que genera la necesidad de excretar de manera muy frecuente.
El bloqueo del flujo de orina de la vejiga es la consecuencia más habitual que suele traer consigo la hiperplasia prostática benigna. No obstante, no hay que pasar por alto que también puede generar otros problemas tales como dificultades que afecten al riñón o a las vías urinarias.
Para poder hacerle frente a este problema, el médico que atienda al paciente tendrá que analizar su caso, el estado de esa hiperplasia así como su edad y su estado de salud para poder elegir el tratamiento más adecuado. En este caso, hay que saber que dicho tratamiento puede consistir en una medicación concreta, aunque también puede optarse por acometerse una terapia que no sea invasiva o bien incluso la cirugía.
Los odontólogos, en tanto, en ocasiones se enfrentan a una hiperplasia del cóndilo mandibular: el cuello y la cabeza del cóndilo crecen provocando problemas en la mordida.
Cabe destacar que es posible diferenciar entre la hiperplasia fisiológica y la hiperplasia patológica. La hiperplasia fisiológica, a su vez, puede ser hormonal o compensadora. Estas hiperplasias tienen diferentes causas y efectos.
El tratamiento de cada hiperplasia estará vinculado a las características del trastorno. Es posible revertirla o atenuar sus consecuencias con fármacos o con intervenciones quirúrgicas, por citar dos posibilidades.