Definición de hemodiálisis
La hemodiálisis es un procedimiento médico que permite la eliminación de sustancias perniciosas de la sangre. Se trata de una diálisis extracorpórea que reemplaza, al menos en parte, el funcionamiento del riñón.
La diálisis consiste en la separación de moléculas según su tamaño mediante una membrana. En el ámbito de la medicina, dicha filtración permite reducir el nivel de sustancias nocivas en la sangre.
Los riñones son órganos que encargan de filtrar la sangre para luego desechar los residuos a través de la orina. Ante una insuficiencia renal, es posible recurrir a un riñón artificial que sirva para realizar la depuración fuera del cuerpo.
La hemodiálisis, en este marco, consiste en la extracción de sangre del organismo para hacerla pasar por un dializador (el riñón artificial) que la filtra. Una vez filtrada, la sangre es devuelta al torrente sanguíneo.
Un riñón sano filtra la sangre para filtrar los desechos, los minerales y el exceso de líquido. Por otro lado, también genera hormonas útiles para el mantenimiento de la sangre y los huesos. Uno enfermo, en cambio, no filtra correctamente los desechos perjudiciales para el organismo y esto acarea un aumento en la presión arterial, la retención de líquido y un descenso de glóbulos rojos. Es éste el momento en el cual se vuelve necesaria la hemodiálisis.
El tratamiento de hemodiálisis acarrea varios cambios en la vida del paciente, y uno de los más evidentes es la exigencia de asistir dos o tres veces por semana a la clínica. Respetar la frecuencia y los horarios es fundamental, y de esta manera la hemodiálisis interfiere en el resto de las actividades pero ocupa un papel más importante, se convierte en una obligación impostergable. Con respecto a la extensión de cada sesión, existen varias opiniones, y las constantes investigaciones apuntan a determinar cuáles son las más eficaces.
El médico que se especializa en los riñones, llamado nefrólogo, es quien debe indicar un tratamiento de hemodiálisis. Este profesional es el encargado de determinar qué tipo de riñón artificial se necesita según la problemática del paciente, cada cuánto debe realizarse la diálisis y cuánto tiempo se extenderá cada sesión. A nivel general puede decirse que, a mayor corpulencia, mayor necesidad de diálisis en caso de insuficiencia renal.
Lo habitual es que la hemodiálisis se realice en un hospital o en una clínica. Existe, sin embargo, la posibilidad de recurrir a una hemodiálisis domiciliaria.
Entre los posibles efectos secundarios de la hemodiálisis, se encuentran mareos, fatiga, cefalea, náuseas y presión arterial baja. Por otra parte, como el proceso implica acceder al sistema circulatorio, la persona sometida a hemodiálisis presenta riesgo de contraer infecciones por la acción de microbios.
Para combatir la insuficiencia renal avanzada y permanente, el método más usado en la actualidad es la hemodiálisis pero ya tiene varias décadas de antigüedad. La primera vez que se usó de forma oficial fue en los años sesenta, y desde aquel entonces los médicos han aprendido mucho a través de la experiencia. Con el correr de los años, la hemodiálisis se ha vuelto cada vez más eficaz y menos riesgosa en lo que a sus efectos secundarios se refiere.
Con respecto a la hemodiálisis en el hogar, que se menciona más arriba, los avances tecnológicos aplicados a los aparatos la han convertido en una alternativa cada vez más viable. Sin embargo, a pesar de la experiencia de los profesionales y la comodidad de los dispositivos portátiles, la hemodiálisis no deja de ser una terapia difícil de practicar e incómoda para los pacientes. Para su correcta ejecución es necesaria la colaboración de varios expertos, como ser el nefrólogo, el técnico de diálisis, el enfermero y el dietista, entre otros.