Definición de hemisferio
El término hemisferio tiene su origen en el vocablo latino hemisphaerĭum, que a su vez procede de un concepto de raíz griega. En el campo de la geografía, se lo aprovecha para describir a la mitad de la superficie de la Tierra, la cual se encuentra segmentada por un círculo máximo (como lo puede ser el Ecuador o algún meridiano).
En relación a la línea del Ecuador, hay que decir que el planeta se puede dividir en dos partes: una conocida como hemisferio boreal o hemisferio norte y otra denominada hemisferio austral o hemisferio sur. Por el meridiano de Greenwich, en cambio, la esfera terrestre adopta otra división que se conoce bajo los nombres de hemisferio oriental y hemisferio occidental.
El hemisferio norte es en el que se engloban Norteamérica, parte de Sudámerica, el Ártico, Europa, la mayor parte de Asia, una zona de África y diversas islas que pertenecen a Oceanía. Se define porque está considerado como el hemisferio “rico” y porque su verano es el que se da entre junio y septiembre mientras que el invierno tiene lugar entre diciembre y marzo.
Todo lo contrario sucede en el hemisferio sur pues las estaciones tienen lugar al revés de las del norte. Otra de las principales señas de identidad de este es que está integrado por Australia, importantes islas de Oceanía, gran parte de Sudámerica, diversas zonas de África y algunas de las islas que pertenecen a Asia.
En lo que respecta a los hemisferios oriental y occidental podemos determinar claramente que mientras que este último lo que haría sería englobar a América, el anterior haría lo propio con Europa, Asia, África y Oceanía.
Desde la perspectiva propia de la geometría, los hemisferios se definen como cada una de las dos mitades de una esfera que se halla dividida por un plano que pasa por su centro.
El concepto de hemisferio cerebral, por su parte, refiere a cada una de las estructuras que conforman la porción más grande del encéfalo. Estos dos hemisferios presentan entre sí un carácter inverso y resultan asimétricos (como ocurre con ambos lados del rostro de una persona).
El cerebro, cuentan los expertos, posee una cisura sagital de gran profundidad en la línea media, la cual se conoce como cisura interhemisférica o longitudinal cerebral, que marca la división entre el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo. Esta abertura posee un pliegue de la duramadre y alberga a las arterias cerebrales anteriores.
En la parte más profunda de esta cisura se encuentra el cuerpo calloso, que consigue unir ambos hemisferios traspasando la línea media y pasando información de un lado hacia el otro.
El hemisferio localizado en el costado izquierdo nuclea las funciones del habla, la capacidad de escribir, posibilita comprender la numeración y permite entender la matemática y la lógica, junto a las habilidades que se requieren para convertir un grupo de datos en palabras, gestos y pensamientos.
El hemisferio de la parte derecha, por su parte, se caracteriza por ser el centro de las capacidades de carácter viso-espaciales no verbales, más vinculado a los sentimientos, las sensaciones, la prosodia y las habilidades especiales.
Diversas son las enfermedades, afecciones y patologías que puede sufrir una persona relacionadas con el cerebro y que serán las que dañen considerablemente el mismo y en concreto uno de los dos hemisferios. Entre las mismas habría que destacar, por ejemplo, la afasia que es aquella que se produce en el hemisferio cerebral izquierdo y que se caracteriza porque quien la sufre va perdiendo capacidad tanto para entender como para producir el lenguaje.
Un accidente de tipo cardiovascular, un traumatismo cranoencefálico o tumores en el sistema nervioso central son algunas de las causas que pueden dar lugar a este tipo de enfermedad.