Definición de grafito
El término grafito tiene distintos usos y aceptaciones. Se trata, según describe la Real Academia Española (RAE), de un mineral negro y lustroso que está formado por un carbono cristalizado.
En su estructura, el grafito cuenta con átomos de carbono que desarrollan un trío de enlaces covalentes en un único plano, a un ángulo de ciento veinte grados. Por eso, tiene una estructura con forma de hexágono.
Junto a los fullerenos y los diamantes, el grafito es una de las formas que poseen alotropía en las que puede aparecer el carbono. Se halla en reservas y depósitos de la naturaleza, aunque además se puede producir de forma artificial. China, Brasil e India son los mayores productores mundiales de grafito.
El grafito se utiliza en la fabricación de diversos elementos. Al ser un material refractario, se utiliza en la producción crisoles y ladrillos. También se emplea como lubricante sólido y es conductor de electricidad.
Si se lo combina con una pasta, el grafito permite la producción de lápices y de unos discos similares a los de vinilo. El grafito incluso se utiliza en los reactores nucleares y en la fabricación de arandelas, pistones y otros objetos que se utilizan en el ámbito de la ingeniería.
En el caso de los lápices, se trata de una mezcla de grafito natural que se pulveriza y de arcilla. Esta mezcla se hornea para que adquiera la dureza necesaria.
En concreto, además de todo lo subrayado, podemos exponer que nos encontramos con dos tipos claramente diferentes de grafito. Así, en primer lugar, está el llamado grafito natural que es aquel que comenzó a explotarse a mediados del siglo XVI cuando se produjo el descubrimiento de la primera mina de este material que era desconocido hasta ese mismo momento.
Dicho elemento, que en su origen también se conoció como plombagina por su color parecido al plomo, se caracteriza fundamentalmente por el hecho de que está conformado por agregados de tipo cristalino. No obstante, a esta seña de identidad habría que añadir también el que presenta diversas impurezas y el que cuenta con imperfecciones en lo que respecta a su forma.
En segundo lugar, nos encontramos con el conocido grafito sintético que se identifica por ser carbón de clase grafítico. A principios del siglo XX fue cuando, por primera vez, se preparó este tipo de material que desde luego marcó un antes y un después en el mundo de las aplicaciones del grafito y es que este abría el abanico de posibilidades.
Asimismo hay que subrayar que es frecuente que en dicho campo se haga mención al término de grafito Acheson. Una denominación bajo la cual se encuentra el grafito sintético puro que es elaborado a partir de someter a altas temperaturas el carburo de silicio. Edward Goodrich Acheson, que comenzó a trabajar en esta línea en el año 1893, fue quien descubrió este proceso y su consiguiente resultado.
La palabra grafito, en otros sentidos, permite referirse al texto o a la ilustración creados a mano en tiempos antiguos. El término, por otra parte, nombra a aquellos letreros o carteles que se inscriben de manera circunstancial en una pared.