Definición de fusiforme
Para conocer el significado del término fusiforme se hace necesario, en primer lugar, conocer su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El sustantivo “fusus”, que puede traducirse como “huso”.
-La palabra “forma”, que es sinónimo de “figura” o “imagen”.
El adjetivo fusiforme permite calificar a aquello que tiene forma de huso (un instrumento de mayor longitud que anchura que se utiliza para hilar).
A nivel general, por lo tanto, se denomina fusiforme a aquello de aspecto alargado, con puntas más estrechas que la parte central. Hay elementos fusiformes en la naturaleza, mientras que otros son fabricados por el hombre con este tipo de estructura.
Muchos animales acuáticos tienen cuerpo fusiforme. Estas especies han evolucionado de manera tal que puedan desplazarse con agilidad en el medio acuático: gracias a contar con un cuerpo fusiforme, pueden nadar a gran velocidad y así cazar o escaparse de sus depredadores.
En concreto, podemos establecer que los delfines e incluso los tiburones son especies fusiformes. Precisamente esa morfología tan singular que poseen es la que les lleva a que puedan moverse en el agua con mayor facilidad que otras especies. Se considera que esa singularidad que tienen es fruto de lo que se llama convergencia evolutiva.
Además de todo lo indicado no hay que pasar por alto tampoco el hecho de que hay otros animales que también tienen esa particularidad en cuanto a su aspecto físico. Nos estamos refiriendo a los llamados ditíscidos, que son una familia de coleópteros adéfagos de tipo acuático. Se identifican porque no solo son buenos voladores sino también óptimos nadadores.
Tienen un tamaño que oscila entre los 2 y los 45 milímetros, llevan a cabo una alimentación carnívora, lo que son las larvas también son acuáticas y hay que destacar que hay una gran variedad de especies dentro de ellos. En concreto, se calcula que existen unas 5.000 diferentes, estando entre las más significativas algunas tales como los celina, los hygrotus, los acilius, los coelambus, los bidessus y los agabus.
Siguiendo la misma lógica, los vehículos que se movilizan por el agua o por el aire también suelen ser fusiformes. Los submarinos y los aviones son máquinas alargadas que, mediante esta configuración, consiguen reducir la resistencia que ejerce el medio a su desplazamiento.
En el cuerpo humano, por otra parte, podemos encontrar músculos fusiformes. Estos músculos se caracterizan por su amplitud de movimiento, posibilitada por el recorrido que realizan para conseguir el acortamiento de sus fibras. Cuando un futbolista patea una pelota (un balón), apela a diversos músculos fusiformes para levantar la pierna y luego impulsarla con fuerza hacia adelante.
Cabe destacar que el tejido muscular está compuesto por células fusiformes: es decir, células alargadas. Su constitución les permite entrelazarse entre sí y acoplarse para componer las fibras.