Definición de furtivo
En el latín es donde se encuentra el origen etimológico de la palabra furtivo que ahora nos ocupa. En concreto, deriva de “furtivus”, que, a su vez, emana del sustantivo “fur, furtis”, que puede traducirse como “ladrón”.
Se trata de un adjetivo que alude a aquello que se realiza a escondidas o a quien actúa de manera oculta.
Por ejemplo: “El gobierno capturó un barco pesquero furtivo que se encontraba depredando los recursos de nuestros mares”, “El diputado habría tenido un encuentro furtivo con el empresario antes del tratamiento del proyecto de ley”, “El actor y la modelo mantuvieron una relación furtiva durante varios meses”.
Entre los sinónimos de furtivo podemos destacar algunos tales como disimulado, subrepticio, clandestino u oculto. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con términos como descubierto, destapado, declarado, manifiesto, público o incluso abierto.
La utilización más frecuente del término, de todos modos, está asociada específicamente al cazador que mata a sus presas sin autorización o en lugares donde la actividad se encuentra prohibida. La caza furtiva, por lo tanto, es la caza ilegal.
Un cazador puede considerarse furtivo cuando carece de licencia, emplea armas no autorizadas, actúa en zonas restringidas o atenta contra especies que se encuentran protegidas por la ley. La caza furtiva es un enorme negocio que mueve miles de millones de dólares al año a través del tráfico ilegal de animales salvajes.
Los cazadores furtivos se remontan a la Edad Media, cuando cazaban en terrenos pertenecientes a los reyes. Por entonces, era habitual que solo contaran con permiso de caza los nobles y los terratenientes: sin embargo, para obtener alimentos, muchas veces los más pobres eran forzados a convertirse en cazadores furtivos.
Con el tiempo, la caza furtiva se transformó en una actividad delictiva elegida por personas que pretenden enriquecerse a partir de la captura de determinados animales de gran valor. Los cazadores furtivos suelen centrarse en los elefantes, por citar un caso, para obtener marfil.
Además de todo lo expuesto, tenemos que señalar que el término que nos ocupa se ha utilizado en numerosas ocasiones para darle título a todo tipo de obras culturales. Buena muestra de eso es, por ejemplo, “Furtivos”, una obra escrita por Rafael Mir Jordano.
También sirve de ejemplo la novela “El atlas furtivo”, que fue publicada en el año 2007 por Alfred Bosch y que se enmarca dentro del género histórico. Y es que cuenta como dos cartógrafos de la Mallorca del siglo XIV reciben un encargo por parte del rey: elaborar el mapamundi más fiel, completo y hermoso de todo el planeta.
Asumirán el encargo, pero decidirán llevarlo por partida doble. Así, por un lado, le darán forma a uno que es tal y como pide el monarca y, por otro lado, a uno furtivo y más fantástico donde se incluyan leyendas narrados por los marinos, los rincones más singulares del mundo…Un documento este último que será robado trayendo consigo que den inicio distintas tramas e intrigas en la corte.