Definición de fisicalismo

Con origen etimológico en el alemán Physikalismus, fisicalismo es un término que permite aludir a una teoría que forma parte de la epistemología propuesta por el neopositivismo. El fisicalismo, de acuerdo a la Real Academia Española (RAE), apunta a que las ciencias humanas recurran a la metodología de las ciencias físicas para su organización.

Una teoría epistemológica

Como se puede advertir, para entender qué es el fisicalismo se necesita antes comprender varios conceptos. Comencemos por lo más amplio: una teoría es un conjunto de principios que permiten relacionar diversos fenómenos o una hipótesis cuyos efectos pueden aplicarse a una ciencia.

La naturaleza de todo lo existente se reduce a la materia


En el caso del fisicalismo, es una teoría epistemológica. Esto quiere decir que está vinculada a la epistemología (los métodos y los preceptos del conocimiento científico). Específicamente, se trata de una teoría de la epistemología que propone el neopositivismo, un movimiento filosófico que hace hincapié en la relevancia de la metodología científica y del análisis del lenguaje.

Todo es físico

Ahora sí podemos centrarnos concretamente en la definición de fisicalismo que aporta la RAE. Para los neopositivistas, las ciencias humanas (como la antropología, la psicología o la historia) tienen que estructurarse siguiendo la metodología que usan las ciencias físicas (la química, la física). Esta postura es lo que se conoce como fisicalismo.

Según el fisicalismo, las proposiciones científicas siempre se tienen que poder traducir al lenguaje que emplea la física. De lo contrario, no disponen de sentido científico.

A nivel filosófico, el fisicalismo se sustenta en considerar que la naturaleza de lo existente está dada por lo material (lo físico). Por lo tanto, el universo puede reducirse a la materia.

Fisicalismo y monismo

Se puede afirmar que el fisicalismo es una de las formas en las que encontramos el monismo, una serie de posturas de carácter filosófico según las cuales el universo se constituye solamente por una sustancia. En la Antigua Grecia, esta se conocía como arché o arjé, y representaba el comienzo mismo del universo, o bien el elemento que dio lugar al surgimiento de todos los otros.

Dentro de este grupo podemos distinguir entre los monismos materialistas y los idealistas o espiritualistas. Básicamente, para los primeros la materia es la sustancia primaria, mientras que para los otros, el principio es el espíritu. También está el panteísmo, una concepción de la existencia según la cual Dios fue el comienzo del universo.

En la actualidad, el monismo materialista explica todo basándose en la materia que se formó tras la denominada Gran Explosión, el punto en el que nació el propio universo y el tiempo. Entre los monistas más destacados podemos mencionar a los filósofos Parménides, Anaxímenes, Tales de MIleto, Marx, Berkeley, Spinoza, Anaximandro y Hume.

La filosofía de la mente

Como su nombre lo indica, esta rama de la filosofía se centra en el estudio de la mente. Su relación con el fisicalismo es muy estrecha y siempre ha estado entre sus temas de mayor interés. Cuando decimos «mente», incluimos conceptos tales como las sensaciones, las percepciones, las fantasías, las emociones, las creencias, los pensamientos y los sueños.

El fisicalismo considera el pensamiento el resultado de procesos físicos


Para que un fenómeno se pueda considerar «mental» es necesario que exista la intencionalidad, es decir, el poder que tiene la mente de representar o identificarse con algún objeto. Si pensamos en los verbos «recordar» y «desear», por ejemplo, nunca se usan por sí solos, sino con un objeto recordado o deseado. Esto va mucho más allá de la gramática; se trata de que la mente siempre se dirige hacia algo determinado, de manera que no puede dejar de ser intencional.

La conexión entre esta rama de la filosofía y el fisicalismo puede no ser aparente, pero se sustenta en afirmaciones tales como que «el pensamiento surge del movimiento de sustancias nerviosas», una de las teorías del filósofo Henri de Saint-Simon.

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