Definición de estupor

Hasta el latín tendríamos que marcharnos para poder encontrar el origen etimológico del término estupor que ahora nos ocupa. Y es que este procede de la palabra “stupor”, que significa “aturdimiento” y que deriva del verbo “stupere”, que puede traducirse como “quedarse pasmado”.

Estupor es un término que puede utilizarse como sinónimo de asombro, sorpresa, extrañación o pasmo. Cuando una persona siente estupor, queda casi paralizada ante una determinada situación y no logra reaccionar de manera inmediata, necesitando tiempo para asimilar lo visto o registrado y actuar en consecuencia.

Por ejemplo: “Cuando el joven ingresó a la sala, el estupor se adueñó de los presentes: estaba desnudo y tenía sangre en el rostro”, “Tras el estupor inicial, los pasajeros comenzaron a levantarse lentamente para salir del avión”, “Las palabras del candidato causaron estupor entre el público”.

Dentro del ámbito de la literatura, tendríamos que destacar la existencia de diversas obras que usan el término que nos ocupa en sus títulos. Un ejemplo de ello es el libro “Estupor y temblores”, escrito por Amélie Nothomb.

De marcado carácter autobiográfico es este trabajo que cuenta cómo una joven belga empieza a trabajar en Japón en una gran empresa del país. Ella inicia esta nueva andadura profesional con mucha ilusión, pero pronto esa se irá desvaneciendo. Y es que lo que allí se encontrará será una constante humillación de sus derechos, y eso será debido a que será sometida a todo tipo de actos de degradación social o laboral. ¿Los motivos? Es mujer, es joven y procede de Occidente. Tres razones que no pasan inadvertidas para una sociedad japonesa aún anclada en el pasado y muy jerarquizada.

En el ámbito de la medicina, el estupor es una disminución de las actividades intelectuales que aparece acompañada por un cierto aire de asombro o de indiferencia. Es posible vincular el estupor a la catatonia, un estado físico y psicológico producido por algún tipo de trastorno o crisis.

La catatonia es un síndrome que se produce por diversas causas, y no una enfermedad en sí misma. Un accidente cerebrovascular, un traumatismo, una encefalitis, un tumor o hasta la abstinencia de una droga puede generar estupor o catatonia en una persona.

El estupor, en este sentido, es una fase de la catatonia que puede extenderse desde algunas horas hasta varios meses. La persona en crisis catatónica entra en estupor y se inmoviliza, sin poder reaccionar ante los estímulos externos y perdiendo el movimiento voluntario. En cambio, el sujeto sí puede repetir movimientos estereotipados o responder con actos reflejos ante ciertos estímulos.

Se puede diferenciar entre el estupor catatónico (vinculado a la esquizofrenia), el estupor orgánico (de causa orgánica), el estupor disociativo (producido por un trauma o una situación de estrés) y el estupor depresivo (el estado final de la depresión severa).

Es frecuente que se suelan contraponer dos términos: estupor y coma. No obstante, la diferencia es clara entre ellos. Así, mientras que la persona que está en el primer caso puede ser despertada en breve espacio de tiempo mediante acciones tales como pellizcos o voces, que supondrán una notable estimulación eléctrica, quien esté en coma no puede salir del mismo de esa manera. Es decir, no se puede despertar a la persona que se encuentra en ese estado.

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