Definición de estipendio
El vocablo latino stipendium llegó al castellano como estipendio. Así se denomina al pago que se le otorga a un individuo por una tarea que haya realizado o por un servicio que haya prestado. El estipendio, por lo tanto, es una remuneración.
Por ejemplo: “La ley establece que los pasantes deben recibir un estipendio mensual no inferior a un cuarto del salario mínimo”, “El gobierno me otorgó una beca de un año que incluyó un estipendio para cubrir mis gastos de estudio”, “El flamante diputado anunció que donará el estipendio a una asociación civil”.
Los trabajadores reciben un estipendio por su labor. La forma en que se concreta esta paga varía según el régimen de contratación. El estipendio más habitual es el sueldo o salario mensual: al finalizar cada mes, el empleador le entrega al empleado el dinero que corresponde al trabajo realizado.
También hay estipendios por hora, diarios, semanales y quincenales. De acuerdo a la periodicidad, es habitual que se utilicen términos como jornal o quincena.
El estipendio se puede considerar como un dinero que se recibe o como un desembolso monetario que se lleva a cabo. Cuando un trabajador obtiene su pago, hay una empresa u otra entidad que entrega el dinero en cuestión.
En el terreno de la religión, se denomina estipendio a una tasa que establece una autoridad eclesiástica cuando los fieles desean que el sacerdote ofrezca una misa por una cierta intención. Esto quiere decir que la Iglesia fija un estipendio para aquellos que quieren que el sacerdote dedique una misa a algo o alguien en particular.
En otras palabras, el estipendio es una ofrenda que llevan a cabo los fieles sin que se les exija, sino para conseguir que los beneficiarios (en este caso, uno o más sacerdotes) celebren una misa con un objetivo bien definido. La misa no tiene que ser extraordinaria, sin que puede y suele ser una de las obligatorias, que simplemente cambia su intención para adaptarse a las pactadas mediante la entrega del dinero.
Una vez que un sacerdote recibe un estipendio contrae la obligación de celebrar la misa que le hayan pedido los fieles, y ésta puede dedicarse a personas que estén atravesando un momento difícil, ya sea de enfermedad o problemas económicos, o bien que hayan fallecido recientemente, aunque los temas posibles son muchos y variados.
Para la Iglesia, el estipendio es un tipo de limosna tan necesario como legítimo, ya que incentiva a los fieles a mejorar la calidad de vida de los ministros y a fomentar nuevas actividades en los templos. Tanto es así que en muchas iglesias no existe otra fuente de ingresos.
La reunión de obispos regional o bien el concilio provincial son los encargados de determinar por decreto el monto adecuado para el estipendio, y ningún sacerdote puede exigir más dinero; sin embargo, sí puede recibirlo si los fieles se lo ofrecen de manera espontánea. De modo similar, también puede aceptar una ofrenda inferior a la estipulada si así lo desea.
Si no existe un decreto a tal fin, entonces será la diócesis la encargada de regular la entrega de estipendios para la aplicación de misas. Sobra decir que en estos casos es muy importante actuar de manera cristalina, para evitar sospechas de negociaciones ilícitas. Si un sacerdote recibe dinero con fines personales, ajenos a los objetivos de la ofrenda, debe cumplir una pena adecuada al grado de su falta.
Cuando, por determinadas razones, el sacerdote escogido para la misa especial no puede celebrarla, tiene la posibilidad de transmitirle el encargo a otro. A pesar de que existan estas normas en torno al estipendio, los fieles de ciertas regiones no cuentan con los medios económicos suficientes; en estos casos, queda a criterio de cada diócesis hacer excepciones.