Definición de estigma
El vocablo griego stígma derivó en el latín stigma, que llegó a nuestro idioma como estigma. Así se denomina a una marca grabada en el cuerpo o incluso a una marca simbólica que se le atribuye a un individuo o a un grupo social.
La idea de estigma suele utilizarse para nombrar a una huella que, de forma sobrenatural, aparece en la piel de una persona. Se trata de llagas o heridas que, según las creencias de los adeptos a la religión cristiana, surgen espontáneamente y resultan similares a las lesiones que sufrió Jesús al ser crucificado.
Quien padece los estigmas no solo atraviesa un sufrimiento físico, sino también moral. Se dice que los estigmas aparecen en los pies, las manos, el sector izquierdo del torso, la espalda y/o la cabeza, recordando la flagelación y la coronación de espinas de Jesucristo.
Para la Iglesia católica, los estigmas pueden deberse a una intervención del diablo o a un don divino. Un estigmatizado famoso y reconocido por el catolicismo fue San Francisco de Asís, quien se cree que recibió los estigmas en el monte Alvernia en 1224. De acuerdo con las investigaciones de la ciencia, en cambio, los estigmas no son un fenómeno sobrenatural, sino una manifestación física de un proceso psicológico, sin causa orgánica.
Son muchos los casos de supuestos estigmas que han sido documentados a lo largo de los siglos; el aspecto más interesante de todos ellos es la aparente espontaneidad con la que se materializaron las diferentes heridas, y el hecho de que reflejasen las que había padecido el propio Jesús de Nazaret en sus últimos días.
Si bien el nombre de san Francisco de Asís es el primero en surgir en la búsqueda de la estigmatización más antigua, al día de hoy sabemos que el caso de María de Oignies, una beata que nació en el año 1177 que anuló su matrimonio para dedicarse a la religión, tuvo lugar un tiempo antes. Otros nombres que podemos destacar en esta lista son Catalina de Siena, Teresa Neumann, Gema Galgani y el Padre Pío de Pietrelcina.
Ante las denominadas estigmatizaciones verdaderas, son varios los puntos que incluso en la actualidad consiguen dejar perplejos a los estudiosos más agnósticos, y les impiden encontrar una explicación científica:
* las heridas causadas por los estigmas no pueden ser curadas con tratamientos médicos, a diferencia de las comunes, ya que no cicatrizan;
* no se perciben olores fétidos, algo común en las heridas naturales que se mantienen abiertas durante un cierto tiempo. En la historia se ha recogido tan sólo una excepción a esta regla, con la herida en la frente de Rita de Casia, que se produjo con una espina de la corona de Jesús y emitía un olor repulsivo, aunque nunca llegó a supurar ni alterar los tejidos;
* algunas de las heridas de los estigmas verdaderos emiten aromas muy agradables, como aseguran que ocurrió con Juana de la Cruz y Lucía Brocadelli de Narni.
Muchos creen que los estigmatizados deseaban sufrir en carne propia las mismas heridas de Jesús, para parecerse a él, pero según diversos testimonios todos ellos se mostraban sorprendidos ante el fenómeno.
En el ámbito de la sociología, un estigma es un rasgo negativo atribuido a una comunidad o a un sujeto. Aquellos que son estigmatizados son menospreciados y considerados como seres inferiores o sin valor. La deformidad física, las enfermedades mentales, la orientación sexual y hasta una religión pueden constituirse como estigmas.
El cuerpo glanduloso de una flor que se halla en el sector superior del pistilo y que se encarga de recibir el polen también recibe el nombre de estigma, al igual que el orificio de diversos animales artrópodos que permite el ingreso de aire a su sistema respiratorio.