Definición de escape

A la hora de poder determinar el origen etimológico del término escape nos encontramos con el hecho de que emana del latín. Concretamente procede de la suma de estas dos partes: ex, que puede traducirse como “sacar”, y cappa, que es sinónimo de “capa”.

Escape es la acción de escapar o escaparse (salir de un encierro o peligro, huir, librar). Por ejemplo: “El famoso estafador completó el escape de prisión más asombroso de los últimos tiempos”, “Corrió hasta un callejón antes de darse cuenta que no tenía escape”, “Por suerte pudimos abrir una vía de escape antes del derrumbe”.

Es importante establecer además que, a partir de la palabra que nos ocupa, surgió el término de escapismo. Este es un vocablo que se utiliza para referirse a aquellos artistas especializados en el ilusionismo que lo que hacen es liberarse de todo tipo de artilugios que los tengan aprisionados, tales como cadenas o esposas, así como de espacios donde se encierran, entre los que se encontrarían jaulas o edificios, por ejemplo.

A lo largo de la Historia diversos expertos en ilusionismo han llevado a cabo multitud de números de escapismo. No obstante, entre todos ellos destaca el famoso mago húngaro Harry Houdini, que fue conocido precisamente como “el rey de las esposas” por la habilidad que mostraba para poder liberarse de aquellos grilletes.

Asimismo se convirtió en un referente del sector gracias a su gran facilidad para escaparse tanto de camisas de fuerza como de baúles, ataúdes o sacos de diversa tipología.

El término se utiliza para nombrar a la fuga de gas o de un líquido: “Un escape de gas obligó a evacuar la fábrica”, “El escape comenzó hace dos horas y los expertos aún no han podido contenerlo”, “El hombre no advirtió el escape y encendió un fósforo, causando la explosión”.

Es interesante establecer también la existencia de lo que se conoce como válvula de escape. Esta, por un lado, hace referencia al dispositivo de seguridad que existe en determinados aparatos para conseguir que el fluido que conserva pueda liberarse en cierta medida cuando existe mucha presión.

Por otro lado, ese mismo término se emplea para definir a la actividad que usan las personas para liberar tensiones. Un claro ejemplo sería el deporte.

El escape, también conocido como caño de escape o tubo de escape, es el conducto que libera los gases quemados de un motor de explosión al exterior. Los automóviles y las motos son algunos de los vehículos que cuentan con escape.

Para la psicología, el escape es un mecanismo del condicionamiento instrumental (la forma de aprendizaje que presenta un estímulo reforzador contingente a la respuesta emitida por el sujeto con anterioridad). El escape o reforzamiento negativo supone la terminación de un estímulo aversivo (desagradable o dañino para quien lo recibe). Esto quiere decir que el sujeto da una respuesta después de la aparición del estímulo aversivo para ponerle final.

Un ejemplo del funcionamiento del escape como condicionamiento instrumental puede encontrarse en una situación cotidiana y poco vinculada a la psicología: cuando una persona sale a la calle y siente frío por el viento, se pone un abrigo. De esta manera, el estímulo aversivo (el frío) desaparece gracias a la respuesta (abrigarse) del sujeto.

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