Definición de entrada en calor
La noción de entrada en calor se utiliza en el ámbito del deporte para nombrar a los movimientos corporales que una persona debe llevar a cabo antes de realizar una actividad física intensa, con el objetivo de desentumecer las articulaciones y los músculos y así minimizar el riesgo de lesión.
La entrada en calor, también llamada calentamiento, consta de distintos ejercicios que deben desarrollarse de manera ordenada y gradual. Esto permite que el organismo se prepare para un esfuerzo más intenso.
La entrada en calor reduce el riesgo de lesión a la hora de hacer ejercicio.
Tipos de entrada en calor
Gracias a la entrada en calor, por lo tanto, se optimiza el rendimiento físico. La persona que, en cambio, no calienta los músculos antes de practicar un deporte, aumenta la posibilidad de sufrir una contracción o un desgarro muscular.
Es importante saber que, en base a los objetivos que se pretendan alcanzar, la entrada en calor puede ser de dos tipos:
-Específica, que, como su propio nombre indica, pretende preparar el organismo para la práctica de actividades deportivas muy concretas. En este caso, se trabaja de modo especial lo que son las articulaciones y los músculos.
-General, que pretende preparar el organismo para lo que es una actividad física normal. Precisamente por ese motivo se llevan a cabo ejercicios de baja intensidad.
Beneficios de estos ejercicios
Además de mejorar el rendimiento y de prevenir lesiones, la entrada en calor es muy beneficiosa por los siguientes motivos:
-Ayuda a mejorar lo que es el sistema pulmonar y cardíaco.
-Aumenta lo que es la velocidad de la contracción muscular.
-Se considera también que mejora lo que es el metabolismo.
-No menos relevante es que también contribuye a mejorar la capacidad de concentración y de atención.
-En esta lista de ventajas de la entrada en calor también hay que incluir que contribuye a aumentar lo que es la elasticidad de los músculos.
Gracias a la entrada en calor es posible incrementar la elasticidad muscular.
Asimismo, no hay que pasar por alto que mejora la oxigenación, que aumenta lo que es la destreza física, que incrementa lo que es la fuerza del organismo, que mejora lo que son los circuitos neuronales en cuanto a lo que es la transmisión de los llamados impulsos nerviosos… Eso sin olvidar tampoco que mejora de forma notable lo que es la eliminación en cuanto a dióxido de carbono se refiere.
Etapas de la entrada en calor
Decíamos líneas arriba que la entrada en calor es gradual: la intención es que la temperatura muscular crezca de a poco. En una primera etapa, el calentamiento se realiza con ejercicios de poca intensidad y, a medida que avanza el tiempo, dicha intensidad se debe ir incrementando. Al finalizar la entrada en calor, el cuerpo debería estar preparado para un esfuerzo grande.
Aunque la rutina tiene que ser indicada por un preparador físico según cada caso individual, por lo general la entrada en calor se inicia con un calentamiento cardiovascular para que los músculos alcancen una temperatura mínima. Luego se mueven las distintas articulaciones y finalmente se realizan estiramientos globales. Es importante evitar, en todo el proceso, los movimientos violentos y los rebotes que aumentan el riesgo de daño físico.
Hay que tener en cuenta además que la entrada en calor varía de acuerdo al deporte a practicar. Más allá del calentamiento general, existen calentamientos segmentados para preparar aquellas partes del cuerpo que más se utilizan según la disciplina.