Definición de enclenque
Lo primero que hay que saber es que no existe un origen etimológico claro sobre esta palabra, pues son distintas las teorías que hay al respecto. Así, están las que defienden que deriva del latín, concretamente de “in y clinicus”, las que apuestan por determinar que procede del clueco y las que consideran que puede provenir de una onomatopeya provenzal.
El adjetivo enclenque se emplea para calificar a aquel o aquello que resulta frágil, delicado o endeble. Algo enclenque carece de fortaleza o robustez.
Además de los expuestos, se determina que otros sinónimos de enclenque son débil, canijo, flaco, enfermizo e incluso raquítico. Por el contrario, entre sus antónimos están fuerte, sano y robusto.
Por ejemplo: “No sé si deberíamos cruzar ese puente: parece muy enclenque”, “De pequeño era enclenque, me enfermaba seguido y no podía ir a la escuela”, “El diputado trató de convencer a los periodistas con un argumento enclenque”.
Referido a las personas, el término enclenque se asocia a la delgadez y a la falta de energía, vigor o defensas. Un hombre de 95 años que lucha contra achaques propios de la edad puede ser calificado como enclenque ya que difícilmente tenga la fuerza necesaria para desarrollar diversas actividades o para mantenerse saludable.
A un joven que mide 1,80 metros pero pesa apenas 55 kilogramos también puede señalárselo como enclenque. Al ser tan delgado, es posible que tenga problemas para mover un objeto pesado o para empujar un automóvil, por citar dos posibilidades.
A lo largo de la historia de la literatura se ha dado forma a personajes que eran considerados enclenques por su delgadez o bien por falta de vigor. Entre esos se encuentra, por ejemplo, Don Quijote, que poseía una silueta especialmente delgada, o el vaquero Lucky Lucke.
En otros ámbitos culturales también han destacado figuras precisamente por ser enclenques. Este sería el caso del famoso dúo humorístico “El gordo y el flaco” o el actor español Eduardo Gómez, conocido por sus papeles en series de televisión como “Aquí no hay quien viva” y “La que se avecina”.
En el ámbito de la animación, nos encontramos con el personaje de Shaggy, amigo inseparable del perro Scooby Doo, el que da título a la serie de dibujos, que también destaca por ser muy enclenque.
Una estructura enclenque, por otra parte, podría derrumbarse en cualquier momento debido a que no tiene soportes firmes. Supongamos que alguien construye un refugio con algunas ramas y hojas. Tal vez le sirva para guarecerse por poco tiempo, pero lo más probable es que termine cayéndose cuando sople un poco de viento o cuando llueva. El refugio, en definitiva, es enclenque, a diferencia de una construcción desarrollada con materiales como cemento y ladrillos.
El adjetivo también se utiliza de manera simbólica. Una coartada enclenque es aquella que se puede desmentir con facilidad, mientras que una explicación enclenque no es útil para convencer a otras personas.