Definición de duración

Duración es el acto y el resultado de durar: perdurar, resistir, permanecer. El término deriva de durus, un vocablo latino que puede traducirse como “duro”.

El uso más habitual de la noción de duración alude al periodo temporal en el cual se extiende una acción. También se conoce como duración al tiempo transcurrido entre el inicio y el final de una actividad o de un proceso.

Por ejemplo: “La conferencia tendrá una duración aproximada de dos horas”, “El club italiano le ofrecería un contrato de larga duración a la joven promesa uruguaya”, “El fabricante finlandés está trabajando en el desarrollo de una nueva tecnología para incrementar la duración de sus baterías”.

Muchos tipos de contrato tienen duración. Un inquilino puede firmar un contrato de alquiler por dos años con el propietario de una casa. Esto quiere decir que, si el contrato en cuestión tiene una duración de dos años, la persona que alquila la vivienda podrá vivir en ella durante dicho tiempo, siempre que cumpla con diversas condiciones pautadas. Por otra parte, si un futbolista firma un contrato de cinco años con un equipo, la duración del acuerdo marca que estará un lustro en la institución.

La duración de las películas es un dato de interés para muchas personas. Los filmes muy largos a algunos individuos les resultan aburridos, mientras que otros prefieren las historias extensas que ofrecen un mayor desarrollo. Esto nos demuestra que la calidad de una obra no es inherente a su duración, aunque esta última propiedad puede determinar que un individuo la ignore completamente.

Decir que una obra es muy extensa no aporta ningún dato acerca de la calidad o el tipo de su contenido; si bien puede parecer una apreciación subjetiva, si tan sólo surge de una comparación con la duración media de las obras de su clase, puede ser perfectamente objetiva. Cuando se usa el adverbio «demasiado», en cambio, existe una opinión, un punto de vista subjetivo: «podría haber sido más corta, y en ese caso sería mejor».

El tiempo de funcionamiento que brinda una batería, la cantidad de horas que lleva realizar un trayecto y los años que se extiende un mandato también pueden ser referidos a través de la idea de duración.

Si retomamos el ejemplo de las baterías, podemos decir que su duración es uno de los temas más importantes en la industria de las telecomunicaciones y el entretenimiento, ya que nos encontramos en una era en la cual los dispositivos portátiles son capaces de reproducir todo tipo de contenido con una gran calidad pero resulta muy difícil y costoso alimentarlos con la cantidad de energía suficiente como para evitar las recargas frecuentes.

Mientras que hacia finales de los años 90 las baterías de los teléfonos móviles podían ofrecer varios días de autonomía, esto cambió drásticamente con la llegada de los smartphones, ya que incluso en la actualidad no es común encontrar un dispositivo que se mantenga encendido por más de un día entero. Sobra decir que no se trata de un retroceso a nivel tecnológico; por el contrario, es precisamente a causa de los avances que han introducido las compañías en sus procesadores y en sus pantallas que se volvió necesaria una cantidad de energía mucho mayor.

En pocas palabras y sin entrar en tecnicismos, existe una relación directamente proporcional entre el tamaño de una batería y su autonomía. El problema, por lo tanto, tiene una solución sencilla: las empresas deberían fabricar baterías más grandes para que su duración fuese mayor. Sin embargo, aquí entramos en el terreno de la estética, la razón por la cual se restringe el tamaño de las baterías para conseguir teléfonos ultra delgados.

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