Definición de DNS

La sigla DNS proviene de la expresión inglesa Domain Name System: es decir, Sistema de Nombres de Dominio. Se trata de un método de denominación empleado para nombrar a los dispositivos que se conectan a una red a través del IP (Internet Protocol o Protocolo de Internet).

El DNS se encarga de vincular informaciones asociadas al nombre de dominio que se le asigna a cada equipo. De esta forma, hace que los identificadores binarios relacionados con los equipos adquieran nombres que resultan inteligibles para los seres humanos, facilitando su localización en la red.

DNS es la sigla de Domain Name System.

Función del DNS

El servidor DNS, en este marco, alberga una base de datos que guarda la información de los nombres de dominio. Habitualmente los protocolos DNS asignan un nombre de dominio a una dirección IP.

Supongamos que el sitio estoesunejemplo.com se encuentra en la dirección IP 214.25.205.146. El DNS relaciona ambos datos, permitiendo que los usuarios lleguen a la dirección IP en cuestión a través del nombre de dominio asignado.

Componentes principales

Un sistema DNS se compone de tres elementos fundamentales para su operación práctica:

* los clientes fase 1: el programa que genera una petición al servidor DNS para saber qué dirección IP corresponde a un nombre de dominio. Este programa se ejecuta en el ordenador del usuario;

* los servidores DNS: se encargan de resolver la petición del cliente. Si un servidor recursivo no encuentra la dirección que le han solicitado, tiene la posibilidad de redirigir la petición a otro servidor;

* las zonas de autoridad: se trata de una porción del espacio de nombre de dominios de la cual se encarga el servidor DNS, el cual puede tener autoridad sobre más de una, como ser los subdominios.

El DNS vincula informaciones relacionadas al nombre de dominio.

Cómo trabaja el DNS

En el uso cotidiano, lo habitual es que el usuario no se comunique de manera directa con el servidor DNS ya que los nombres son resueltos por las aplicaciones del cliente, entre las cuales se encuentran el navegador y el cliente de correo.

Cuando el usuario lleva a cabo una petición para hallar un DNS, ésta es enviada al servidor DNS del sistema operativo, es decir a uno local, que busca la resolución en la memoria caché antes de comenzar una comunicación con el exterior. Recién entonces, si no se encuentra la respuesta, la petición es enviada a un servidor DNS o a varios, según el caso, que suele ser brindado por el proveedor de servicios de Internet (ISP).

Fuera de las opciones que nos brinda nuestro proveedor de servicios de Internet, siempre tenemos la posibilidad de usar servicios gratuitos de resolución de dominios o bien suscribirnos a uno pago para acceder a una velocidad y un nivel de protección mucho mayores, algo que suelen hacer las grandes empresas. Sin embargo, la mayoría de las personas desconoce estas alternativas y, por lo tanto, utiliza el servidor DNS que le proporciona su ISP.

Clasificación de los servidores

Los servidores DNS pueden clasificarse en tres grupos según las funciones que lleven a cabo:

* primarios: también se conocen con el nombre de maestros, y se trata de aquellos que almacenan los datos en un espacio de nombres (un grupo de símbolos que se usa para organizar varias clases de objetos, de manera que puedan ser reconocidos por nombres propios);

* secundarios: son los que reciben los datos de parte de los servidores anteriores por medio de una transferencia de zona. Otro nombre que reciben es esclavos, ya que dependen del accionar de los primarios;

* locales: su funcionamiento se apoya en el mismo programa, aunque no cuentan con la base de datos para resolver los nombres. Cuando reciben una consulta, deben remitirse a los servidores DNS que corresponda y luego almacenar la respuesta para evitar la necesidad de comunicarse con ellos si se repite la misma consulta en el futuro. Estos servidores también se denominan caché.

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