Definición de disfasia
El origen etimológico del término disfasia se halla en el griego. Precisamente en dicha lengua vemos como aquel está formado por la unión de tres partes léxicas claramente diferenciadas: en primer lugar el prefijo dis- que significa “dificultad”, en segundo orden el concepto phasis que es sinónimo de “palabra”, y finalmente, en tercer lugar el sufijo –ia que puede traducirse como “cualidad”.
De esta forma, siguiendo literalmente la mezcla de estos tres términos podemos establecer que disfasia es la cualidad que define a las personas que presentan dificultades a la hora de trabajar con las palabras.
La disfasia es un trastorno que se produce por una supuesta lesión en el cerebro y que genera dificultades en el lenguaje. Por eso también se conoce a esta condición como trastorno específico del lenguaje (cuya sigla es TEL) o también como trastorno específico del desarrollo del lenguaje (en este caso, la sigla es TEDL).
Aunque pueda resultar extraño, la disfasia se define a partir de aquello que no es. Esto quiere decir que se considera como disfasia a la anomalía que se detecta en el lenguaje y que no puede atribuirse a una discapacidad intelectual, problemas en los sentidos, traumas psicológicos o lesiones cerebrales que resultan evidentes.
A la hora de determinar las causas que pueden llevar a que una persona en concreto sufra de disfasia los expertos subrayan que, entre las más frecuentes, se encuentran los traumatismos de diversa índole, la existencia de un tumor cerebral, enfermedades de tipo infeccioso como puede ser la meningitis o diversos golpes que tienen lugar durante el momento del nacimiento.
Por lo general, este trastorno es detectado en la niñez y se distingue de los retardos simples en el desarrollo del lenguaje en que éstos evolucionan con mayor rapidez. El diagnóstico de la disfasia incluye exámenes exhaustivos de las facultades cognitivas del sujeto y de su dominio del lenguaje a nivel fonológico, expresivo, léxico, etc.
Los problemas en la fluidez del lenguaje, las disfunciones en la articulación de los conceptos y las falencias en la sintaxis son algunos de los síntomas presentes en los cuadros de disfasia.
En lo que respecta al tratamiento que deben tener quienes sufren la disfasia habría que subrayar que el mismo debe ser completamente personalizado, y adaptado a las necesidades de cada paciente. No obstante, en general se tratará de someterle a un programa de lenguaje donde se incluyan unas actuaciones de tipo preverbal y otras centradas en lo que son las habilidades básicas.
En el primer caso, el preverbal, de lo que se trata es que la persona aprenda a comunicarse con el resto mediante gestos, sonidos o incluso dibujos. En lo que respecta al segundo tipo de actividades hay que subrayar que lo que se intentará es utilizar acciones cotidianas, como comer o ducharse, para conseguir que el paciente en cuestión aprenda a realizar frases.
Los expertos afirman que los individuos afectados por disfasia que no reciben un tratamiento eficaz tienen tendencia a experimentar traumas en su psicología. El diagnóstico y el tratamiento deben depender del trabajo conjunto entre un neuropsicólogo y un terapeuta del lenguaje (logopeda).
Lo habitual es que el tratamiento incluya la presentación de diversos desafíos lingüísticos en distintos contextos al paciente, incrementando su frecuencia.