Definición de diplomacia

La diplomacia es la ciencia que estudia las relaciones y los intereses de unas naciones con otras. También se utiliza este concepto para referirse a la forma en que los Estados manejan sus relaciones internacionales.

Por ejemplo: “Mi sobrina es especialista en Diplomacia y trabaja como asesora de una embajada”, “El Dr. López es un hombre muy capaz, pero no tiene habilidad para la diplomacia”, “El gobierno debería poner funcionarios más competentes para mejorar su diplomacia”.

La noción, por lo tanto, implica diversas ideas asociadas a este ámbito. La diplomacia hace referencia a la comprensión, la voluntad de diálogo y el entendimiento aplicados a las relaciones internacionales.

Se conoce como diplomacia a las negociaciones que se llevan a cabo entre los Estados. La diplomacia implica la búsqueda de acuerdos y presupone la existencia de buena voluntad entre las partes. Cuando falla la diplomacia, las relaciones internacionales llegan a otras instancias que pueden incluir el uso de la fuerza o un conflicto militar (guerra).

En el lenguaje cotidiano, la diplomacia hace referencia al disimulo o a la cortesía interesada: “Entiendo que el jefe no te caiga bien, pero tienes que dirigirte hacia él con diplomacia”, “No soy buena para la diplomacia, ya que prefiero decirle a la gente las cosas como son”, “Con diplomacia, Martín le dio a entender a Luz que no compartía su modo de actuar”.

Funciones que debe realizar un diplomático

Un diplomático es un agente que es contratado por un determinado Estado (llamado acreditante) para ser su vocero en otro Estado (que recibe el nombre de receptor) y mediar en las relaciones entre ambos gobiernos. Debe procurar desarrollar una relación de complicidad con el país receptor y asegurarse de que las relaciones entre ambos sean pacíficas y positivas para los dos involucrados. El embajador y el cónsul son ejemplos de diplomáticos.

Sus funciones pueden ser diversas; no obstante se dividen en dos grandes grupos, que aquí citamos:

*Funciones Normales: Debe proteger los intereses de ambos Estados, permaneciendo al margen de las rebeldías o peleas sin fundamento. No puede involucrarse emocionalmente; su trabajo es intermediar de tal forma que pueda asegurar las relaciones amistosas entre ambos estados. Además, debe realizar funciones consulares, promoviendo una fluida aceptación de los derechos de ambos Estados en el país opuesto.

*Funciones Excepcionales: Cuando aparece un tercer Estado en la ecuación, el agente diplomático deberá representar también sus intereses, tanto frente al Estado Acreditante como al Estado Receptor. No obstante, siempre deberá recordar que su implicación emocional no debe tener cabida porque, de lo contrario, podría poner en peligro las relaciones entre alguno de los Estados involucrados.

El trabajo de los agentes diplomáticos es fundamental para preservar la paz en el mundo; por tanto, es necesario que los diferentes países procuren la incorporación de personas sanas mentalmente para la realización de estas tareas; a fin de que siempre aboguen por una relación pacífica, que no arriesgue la vida de los ciudadanos de aquellos Estados que se hallen involucrados en su trabajo diplomático.

Más allá de los convencimientos políticos de cada país, contar con un grupo de expertos en diplomacia para el desarrollo de sus relaciones con el mundo puede ser fundamental para mantenerse a salvo de las guerras y, sobre todo, para procurar una libre comunicación comercial, cultural y social con los diferentes países que forman el mundo.

Algunas de las carreras diplomáticas por excelencia son: Ciencias Políticas, Cooperación Técnica y Financiera y Derecho Consular. Para acceder a los puestos de trabajo es necesario estar empadronado en el país donde se desea trabajar y solicitar aquellos puestos vacantes de la forma en la que se realizan las postulaciones en cada Estado. En algunos países, como ocurre en España, para poder acceder a ellos hace falta aprobar las oposiciones en diplomacia.

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