Definición de descripción objetiva

Antes de entrar de lleno en el significado del término descripción objetiva vamos a conocer el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
-Descripción, en primer lugar, deriva del latín, exactamente de “descriptio”, que significa “acción y efecto de escribir sobre la forma en la que se percibe algo en concreto”. Es fruto de la suma de tres componentes diferenciados: el prefijo “de-”, que indica “de arriba hacia abajo”; el verbo “scribere”, que es sinónimo de “escribir”, y el sufijo “-cion”, que usa para indicar “acción y efecto”.
-Objetiva, en segundo lugar, también procede del latín. En su caso emana de “obiectus”, que se forma a partir de la unión de dos partes diferenciadas: el prefijo “ob-”, que es sinónimo de “contra”, y el verbo “iacere”, que puede traducirse como “tirar”.

Se llama descripción a la narración de las características o los rasgos de algo o de alguien. El término objetivo, por otra parte, puede referirse a aquello vinculado a un objeto en sí mismo, sin considerar formas de sentir o de pensar.

Una descripción objetiva, por lo tanto, es aquella que no refleja la opinión del autor. Quien desarrolla este tipo de descripción intenta que su subjetividad no influya en la enumeración que realiza.

Puede decirse que una descripción objetiva pretende ajustarse lo máximo posible a la realidad, dejando de lado las valoraciones. Por tanto, podemos exponer que la descripción objetiva es la que se caracteriza porque presenta la realidad sin emitir ningún juicio de valor, porque es exacta y también porque es clara, al tiempo que utiliza una larga lista de adjetivos. Por supuesto, a todo eso hay que añadir que es muy minuciosa.

Distinto es el caso de la descripción subjetiva, donde el autor ofrece su punto de vista y comparte sus sensaciones o impresiones. En concreto, en la descripción subjetiva se utilizan muchos adjetivos connotativos, suele perseguir cierta finalidad estética y, además, el emisor de la misma no se preocupa tanto de reflejar la realidad sino que se centra fundamentalmente en dar cuenta de cómo aquella genera efectos en su persona, por ejemplo.

Cuando las autoridades intentan encontrar a una persona que está desaparecida, es habitual que den a conocer una descripción objetiva de sus características físicas para que la población pueda comprometerse con la búsqueda y colaborar. Por lo tanto, en los medios de comunicación puede aparecer la foto del individuo acompañada por una descripción que señale: “Se busca a un joven de 19 años de edad que mide 1,75 metros y pesa 90 kilogramos. Tiene cabello castaño, ojos celestes y un lunar en la mejilla izquierda”. Como se puede advertir, la descripción es objetiva ya que no evidencia rasgos de subjetividad.

En otro contexto, la búsqueda podría ser diferente y apelar a una descripción subjetiva. Una muchacha puede publicar en las redes sociales: “Busco al joven más lindo del mundo: lo conocí ayer en tren del oeste a las tres de la tarde. Tiene ojos del color del cielo, una hermosa sonrisa y cuerpo de atleta. ¿Me ayudan a encontrarlo?”. Los calificativos y las apreciaciones personales hacen que esta descripción no sea objetiva.

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