Definición de descarado
Antes de entrar de lleno en el significado del término descarado se hace necesario descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos establecer que es una palabra que deriva de la suma de los siguientes componentes:
-El prefijo romance de negación “des-”.
-El sustantivo latino “cara”, que, a su vez, procede del griego “kara”, que puede traducirse como “cabeza”.
Descarado es aquel que actúa o que se expresa con descaro. Este término (descaro), por su parte, alude a la desfachatez, el impudor, la falta de respeto o el atrevimiento.
Por ejemplo: “El descarado de mi cuñado volvió a pedirme dinero cuando aún no me devolvió el préstamo que le hice hace dos años”, “El hombre, descarado, se dio vuelta para mirar a la joven durante un largo rato”, “El equipo local fue víctima de un robo descarado por parte del juez”.
Entre los sinónimos que existen de descarado están desvergonzado, insolente, atrevido, deslenguado, desconsiderado, cínico o desconsiderado. Por otro lado, antónimos de ese término son respetuoso, comedido e incluso recatado.
Muchas veces el término se utiliza con referencia a aquello que resulta cuestionable o condenable pero que, sin embargo, se realiza sin disimulo ni sutileza. Un periodista puede hablar de la “corrupción descarada” de un gobierno cuando sus dirigentes hacen ostentación de su riqueza y no les importa no poder justificar cómo acumularon tanto dinero. El descaro radica en que, al ostentar sus propiedades, los gobernantes dejan en evidencia que han obtenido recursos de una manera ilícita ya que sus salarios no alcanzan para comprar esa cantidad de bienes.
También se puede mencionar una “descarada persecución política” cuando un régimen impulsa denuncias falsas contra opositores, utiliza los medios de comunicación públicos para denostar a quienes lo critican y no brinda ningún tipo de asistencia a los militantes de otros partidos políticos.
Si un adolescente que no trabaja ni estudia se niega a ayudar a sus padres en las tareas domésticas porque afirma que está cansado, alguien podría sostener que el joven es un descarado: que diga que está agotado cuando no tiene responsabilidades ni obligaciones, es una burla para sus progenitores que sí se esfuerzan.
Dentro del ámbito de la cultura y, concretamente, de la literatura se ha utilizado el término que nos ocupa para darle título a diferentes obras. Buena muestra de eso es el libro de pedagogía y psicología “Descarados. Una pedagogía para adolescentes inadaptados”. Se trata de un trabajo escrito por Xus Martin que viene a contar el día a día de un grupo de jóvenes que cursan su educación fuera del instituto.
Se trata de chavales de los que se descubrirá no solo en el ambiente en el que viven y crecen sino también cómo afrontan su educación, cómo trabajan con ellos sus educadores…
Asimismo, existen otras obras con ese adjetivo en su título como sería la novela francesa “El descarado”, que fue escrita por el autor Henri Troyat, o el relato infantil “¡No seas descarado!”, que se publicó en el año 2008 y que se halla escrito e ilustrado por Ben Redlich.