Definición de derrame

En el latín es donde se encuentra el origen etimológico de la palabra que ahora nos ocupa. Exactamente es fruto de la suma de dos partes diferenciadas:
-El prefijo “de-”, que viene a indicar “de arriba hacia abajo”.
-El sustantivo “ramus”, que es sinónimo de “rama”.

La noción de derrame se utiliza como sinónimo de derramamiento: el proceso y el resultado de derramar (verter un líquido o algo pequeño). Se llama derrame, por lo tanto, a un fluido que sale de su contenedor, por lo general debido a algún tipo de falla.

Por ejemplo: “Varias organizaciones ecologistas denunciaron que se produjo un gran derrame de hidrocarburos en el océano Índico”, “El accidente se generó por un derrame de aceite en la avenida”, “El derrame de líquidos cloacales provocó un olor nauseabundo”.

El derrame de petróleo es un problema ecológico que se produce con frecuencia. El transporte de este hidrocarburo por vía acuática muchas veces se enfrenta a inconvenientes que terminan con el petróleo derramado en el mar o en el río. Estos derrames pueden matar a los animales acuáticos por la contaminación e incluso afectar a las costas durante mucho tiempo.

El derrame del Exxon Valdez cerca de la costa de Alaska que tuvo lugar en 1989 y el derrame del Prestige frente a Galicia (España) en 2002 están entre los derrames más graves de la historia.

En el ámbito de la medicina, se llama derrame a la salida de un líquido del vaso que lo contiene o a la acumulación atípica del mismo en una determinada cavidad del cuerpo. Un derrame pleural, en este sentido, es una acumulación de fluidos en la pleura (una membrana que recubre los pulmones, el diafragma y el mediastino). En un derrame pericárdico, por su parte, el acopio anormal de líquidos tiene lugar en la cavidad pericárdica.

De la misma manera, no podemos olvidar subrayar la existencia del derrame cerebral. Este se produce cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro llega a interrumpirse como consecuencia del bloqueo de un vaso sanguíneo o de una rotura de uno.

Hay que establecer, además, que existen dos tipos de derrames cerebrales: el isquémico, que tiene lugar cuando un vaso sanguíneo está bloqueado por culpa de un coágulo de sangre o por el estrechamiento de las arterias, y el hemorrágico. Este tenemos que establecer que es el que se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro se ve dañado o directamente se rompe.

Los síntomas que vienen a indicar que una persona está sufriendo un derrame cerebral son dificultad para poder hablar con normalidad, un fuerte dolor de cabeza sin que exista causa aparente, pérdida del equilibrio, entumecimiento de una parte del cuerpo, sensación de mareo e incluso pérdida de la capacidad de coordinación.

Asimismo, también existe el derrame ocular que se caracteriza porque bajo lo que es la conjuntiva ocular aparece una mancha de sangre. Un golpe en el ojo, un aumento de lo que es la presión sanguínea o incluso frotarse los ojos con mucha fuerza pueden provocar aquel.

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