Definición de delegar
Delegar es un término que tiene su origen en el vocablo latino delegāre. Este vocablo latino, que puede traducirse como “mandar a alguien de manera legal”, es fruto de la suma de varias partes claramente delimitadas: el prefijo “de”-, que significa de “arriba abajo”; el verbo “lex”, que es sinónimo de “ley”, y el sufijo –“ar”.
El verbo nombra a la acción de encomendar o comisionar algo a otra persona. Por ejemplo: “No me alcanza el tiempo para hacer todo esto: voy a tener que delegar algunos trámites”, “Un buen jefe es aquel que sabe cuándo delegar”, “No confío en nadie, así que no pienso delegar este asunto”.
Para delegar, el sujeto tiene que contar con cierta autoridad o poder, para estar en condiciones de dejar sus asuntos en manos de otra persona. Sin esa autoridad, es probable que el otro individuo se niegue a cumplir con el requerimiento.
Dentro del ámbito laboral es frecuente que las personas que ocupan puestos de cierto peso dentro de la empresa procedan a delegar en subordinados determinadas tareas. De esta manera, lo que se consigue es disfrutar de una serie importante de beneficios: mejora la productividad, se logra que los empleados puedan mostrar todo el potencial que tienen, se logra aumentar la motivación de aquellos, se produce una disminución notable del estrés del grupo de trabajo, se consigue crear sensación de equipo y se logra que también se produzca un mayor compromiso con la entidad.
La persona en quien se delega una facultad o una jurisdicción se conoce como delegado. El delegado, por lo tanto, representa a otra persona o a una organización, ya sea en un evento concreto (como una reunión o una conferencia) o de manera permanente (contando con el trabajo fijo de delegado para asumir la representación en todo momento): “Buenas tardes, soy el delegado del sindicato de trabajadores textiles: vengo a presentar una denuncia por malas condiciones laborales contra la empresa Pritzellon”, “El delegado del Dr. López está esperando, ¿lo hago pasar?”, “Por favor, llama al delegado de los trabajadores así vemos cómo solucionamos este problema”, “Un delegado de prensa fue agredido en medio de la protesta”.
El delegado, en definitiva, actúa en representación de intereses de otros sujetos. Para esto está habilitado a llevar adelante negociaciones en nombre de sus representados o de impulsar distintas gestiones.
Tanto en empresas como en las clases educativas de los centros es habitual elegir a uno o varios delegados. Estos es fundamental que cumplan con una serie de cualidades o requisitos para poder ejercer las funciones que les son encomendadas de la mejor manera posible:
• Es imprescindible que tenga un carácter dialogante.
• Es igualmente vital que muestre empatía con el resto de personas.
• No menos importante es que sea alguien respetuoso y que tenga claro que su labor debe ser la de defender los derechos del grupo al que representa.
• Tiene que contar con notables y contundentes capacidades de comunicación.
• Debe tener muy claro que, bajo ningún concepto, debe aprovechar su cargo en beneficio propio.