Definición de decadencia

Decadencia es la declinación o el principio de la ruina. Se trata de un proceso de deterioro y menoscabo a través del cual las condiciones o el estado de algo o alguien comienzan a empeorar. Por ejemplo: “La decadencia del cantante se inició tras el juicio por el supuesto tráfico de drogas”, “Tenemos que hacer algo para detener la decadencia de esta casa”, “Los niños esclavos son el reflejo de la decadencia de la sociedad”.

La noción de decadencia puede aplicarse a las personas o a los objetos. El concepto, a su vez, puede hacer mención a una característica física (material) o a una cuestión abstracta (simbólica, espiritual).

Lo habitual es asociar la decadencia de un ser humano a su deterioro físico o a la pérdida de éxito: “Siempre fue un hombre fuerte, hasta que una pulmonía mal curada dio paso a la decadencia”, “Este es un equipo en decadencia, con figuras de más de treinta años que ya están en la última etapa de sus carreras”.

Respecto a las cosas, la decadencia suele referirse al descuido o a los daños materiales por el paso del tiempo. La falta de pintura en la fachada de una vivienda, una ventana con el vidrio rajado o un coche con problemas en su chapa son síntomas típicos de la decadencia material.

La sociología habla de decadencia para hacer referencia a un colapso societal. Esta es la fase en la cual una civilización o una cultura experimentan un declive que lleva a la extinción de ciertas características: “La decadencia de los rapanui se produjo por conflictos tribales”.

La decadencia del arte

A grandes rasgos, muchos aseguran que, como especie, estamos atravesando una decadencia cultural, la cual puede apreciarse en diferentes ámbitos. Esto se hace evidente especialmente en el mundo del arte, el cual ha sufrido numerosos cambios radicales en las últimas décadas que han puesto en riesgo su esencia, contaminándolo más y más con modelos de mercado y expectativas de ventas. Tanto la literatura como el cine y la música se han visto afectados por un fenómeno que tiende a empaquetar y esquematizar las obras de arte.

El término producto suele utilizarse para hacer referencia a un artista o a una de sus obras en tono despectivo, señalando su falta de espontaneidad; decir que una canción es un producto es lo mismo que describirla como un plan concebido minuciosamente con el objetivo de hacer dinero y alcanzar la fama, sin hacer uso de ninguna habilidad artística y sin recurrir a la inspiración, sino apoyándose meramente en herramientas técnicas, tanto musicales como comerciales.

¿Es esta decadencia real o una mala interpretación de la inevitable evolución del arte en general? Para responder a esta pregunta es necesario tomar en cuenta que en la actualidad existen medios de difusión y publicación que llevan pocos años a disposición de los artistas y que han revolucionado la forma en la que pueden dar a conocer su trabajo; quizás en la relación que los veteranos del mundo del arte han establecido con estas nuevas plataformas, menos eficaz que la de muchos jóvenes internautas, se encuentra una de las causas del cambio.

Del mismo modo, dado que varios de los caminos tradicionales para alcanzar la fama han perdido su validez, es probable que el mundo actual no conozca a quienes debían suceder a los grandes artistas de la generación anterior.

¿Cuántos de los iconos de la literatura del siglo pasado se ocuparon de todas las cuestiones concernientes a la publicación de sus libros? ¿Cuántos músicos organizaron cada detalle de sus giras y de la distribución de sus álbumes? No muchos, ya que esas tareas correspondían a diversas personas que trabajaban activamente para mantener a flote sus carreras. ¿Qué pasaría si estas últimas aprovecharan su facilidad para lidiar con el mercado y probaran suerte con sus propias creaciones? Es probable que ya conozcamos la respuesta, que la veamos en las librerías, en las carteleras de los cines y que la oigamos en la radio todas las mañanas.

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