Definición de cristalino

La etimología del término cristalino nos lleva al latín crystallĭnus, aunque su raíz se halla en el griego krystállinos. Se trata de un adjetivo que se emplea para calificar a aquello que resulta propio del cristal o que está hecho de este material.

Por ejemplo: “Los productos cristalinos son los más costosos ya que hay que invertir mucho dinero en su fabricación”, “El reflejo cristalino conmovió a la mujer”, “La policía encontró un florero cerámico y otro cristalino sobre la mesa: en ambos descubrió droga”.

Cristalino también es aquello transparente, diáfano, límpido, traslúcido o nítido, incluso en sentido simbólico: “Nuestro proyecto es totalmente cristalino, cualquier persona puede ver qué hacemos con el dinero de las donaciones”, “El balcón panorámico del hotel ofrece una vista cristalina”, “Mi abuela era una mujer afable, de mirada cristalina y sonrisa franca”.

Una persona cristalina, por ejemplo, es aquélla que se comunica de forma directa, sin enredos, que no parece esconder malas intenciones ni dobles discursos. En este contexto también se habla de persona transparente, y ambas expresiones apuntan a lo mismo, a una forma de ser absolutamente sincera.

Todos deberíamos apuntar a convertirnos en individuos cristalinos, a librarnos de las mentiras y de los malos sentimientos para poder conectar con nuestro entorno de una forma limpia y saludable para todos. A nadie le gustan las personas falsas, que esparcen veneno a su paso, o las que siempre parecen estar ocultando algo.

En el ámbito de la anatomía, se denomina cristalino a la estructura ocular que tiene forma de lente biconvexa. Se ubica detrás de la pupila y delante del humor vítreo en los animales vertebrados y en los cefalópodos.

Gracias a su elevado nivel proteico, el cristalino dispone de un índice de refracción más alto que el presentado por los fluidos que se ubican a su alrededor. De este modo consigue la refracción de la luz y posibilita que la córnea forme imágenes en la retina.

El cristalino logra enfocar elementos que se ubican a diversas distancias a través de cambios en su espesor y en su curvatura. Estas modificaciones reciben el nombre de acomodación.

La curvatura posee un radio menor en la cara anterior que en la posterior; en la primera, limita con el iris y con el humor acuoso. Dichas zonas del ojo reciben los nombres de polo posterior y anterior el cristalino, respectivamente; a la línea que une sus puntos centrales se la conoce como eje, y a la distancia a la que se encuentran separadas, espesor.

Otros dos elementos importantes del cristalino son el ecuador (la línea imaginaria que separa sus dos caras) y el diámetro (la longitud de dicha línea). Como el cristalino atraviesa una evolución que dura toda la vida del ser humano, la cual tiene lugar por medio de la producción de capas nuevas, su tamaño también crece: desde el momento del nacimiento hasta la tercera edad, el espesor va desde los 3,5 milímetros hasta los 4,5, mientras que el diámetro comienza en 6 milímetros y alcanza los 9,5.

El cristalino está recubierto por una cápsula transparente, acelular y elástica que se conoce con el nombre de cristaloides, aunque por lo general se denomina simplemente cápsula. De alguna forma, esta estructura se puede comparar con la de un guisante (que sería el cristalino) y la piel que la recubre (la cápsula).

Para alterar su curvatura, el cristalino necesita del músculo ciliar, con el cual se conecta por medio de las fibras conocidas como zónula de Zinn. Con respecto a su estructura interna, en el cristalino podemos advertir un núcleo y una corteza. La superficie anterior de esta última está envuelta en un tejido llamado epitelio, el único del cristalino que puede regenerarse.

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