Definición de crepitar

El vocablo latino crepitāre derivó en el francés crépiter, que llegó a nuestro idioma como crepitar. El verbo “crepitare” tenemos que exponer que puede traducirse como “crujir”, “chisporrotear” e incluso “producir un sonido que es seco”.

Se trata de un verbo que alude a la generación de sonidos secos, breves y repetitivos.

Por ejemplo: “El crepitar de la leña en el fuego lo ayudó a relajarse”, “Cuando escuchó el crepitar de las ramas, era tarde: las llamas ya comenzaban a adueñarse del bosque”, “La estrella brasileña está acostumbrada a oír el crepitar de los flashes cada vez que ingresa a un lugar”.

La idea de crepitar suele asociarse al fuego ya que las llamas, al hacer arder ciertos elementos, provocan un ruido característico. Supongamos que una persona que debe pasar la noche en una playa enciende una fogata con madera que encuentra en la zona. Así puede calentarse y además obtiene iluminación. Una vez que la madera se encendió, y a medida que crecen las llamas, empieza a escuchar el crepitar de la leña al arder.

Más allá del efecto del fuego, el crepitar puede producirse en otras circunstancias. Una ametralladora realizando una ráfaga de disparos también provoca un crepitar, al igual que una cámara fotográfica equipada con flash que toma imágenes de manera constante.

En el terreno de la veterinaria y de la medicina, se denomina crepitante a un ruido anómalo que el profesional descubre al auscultar los pulmones a través del tórax. Este crepitar suele producirse por las secreciones que tienen lugar en los alvéolos o en los bronquiolos. Una de las causas más comunes del crepitar es la neumonía.

De la misma manera, no podemos pasar por alto que los huesos del cuerpo humano también pueden llegar a crepitar. En concreto, se trata básicamente de que las articulaciones pueden llegar a realizar ruidos tales como chasquidos y crujidos. Eso puede suceder por un traumatismo, por una enfermedad crónica como la artrosis e incluso como algo puntual y sin mayor trascendencia.

Es importante establecer que una articulación, como puede ser una rodilla, crepite por si sola no significa que esa persona tenga un problema de salud grave ni requiera acudir inmediatamente al médico para que le ponga un tratamiento.

Asimismo, no podemos pasar por alto que también podemos sentir crepitar en los oídos. En este caso, son ruidos que, en la mayoría de los casos, son producidos por el propio cuerpo de la persona que los escucha. En concreto, pueden ser generados por estructuras vasculares, por contracturas musculares, por traumatismos e incluso por problemas dentales de distinta tipología. Causas que, además, puedan favorecer e incrementar el citado crepitar cuando se llegan a adoptar ciertas posturas, por ejemplo.

Ante esa situación, lo que hay que hacer es acudir al médico si se repiten con cierta frecuencia y no es algo puntual para que pueda realizar el pertinente examen y establezca un diagnóstico, que puede requerir llevar adelante un tratamiento adecuado.

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