Definición de corporeidad

Se denomina corporeidad a la característica de corpóreo: aquello que dispone de cuerpo o de consistencia. La idea de cuerpo, por su parte, puede aludir al conjunto de los órganos y sistemas que forman un ser vivo o a aquello que dispone de extensión limitada y se percibe a través de los sentidos.

El concepto de corporeidad suele utilizarse en el terreno de la educación física en referencia a la percepción del cuerpo y a los movimientos que una persona puede realizar para dotarlo de expresión. Según la vieja escuela, estas propiedades distinguen al ser humano del resto de las especies; sin embargo, el trabajo de investigación de algunos especialistas actuales opina que no existe tal diferencia entre nosotros y los demás animales.

A la característica de corpóreo se la llama corporeidad.

La percepción del cuerpo

Podríamos decir que nuestra existencia es corporal, ya que la percepción del mundo que nos rodea la llevamos a cabo a través de nuestro cuerpo. Pero esto es más complejo que una mera comprobación de nuestro entorno, ya que comienza con la percepción del propio cuerpo, y es éste el punto en el cual algunos científicos creen que nos diferenciamos de las otras especies. ¿Podría un lobo pasar toda la vida sin sentirse un individuo, sin entender que es, que existe de forma definida y única? Creer esto no sólo demostraría una gran soberbia de nuestra parte, sino que roza lo absurdo.

Un individuo, a través de su percepción del cuerpo y de la motricidad, accede a información, siente y atribuye significación al mundo externo. La corporeidad se construye a nivel social, a nivel psicológico y a nivel biológico: el sujeto se proyecta al exterior a partir de su propio cuerpo.

Todo esto nos permite movernos por la realidad cumpliendo una serie de normas que surgen de la convivencia con nuestros pares, y de la coexistencia con el resto de los individuos que percibimos a nuestro alrededor. Entendemos que existimos, y luego que existen los demás.

A partir de su percepción de la corporeidad, el individuo toma conciencia de su existencia individual.

La corporeidad y el vínculo con el afuera

Se cree que nuestra relación con el mundo exterior comienza en el útero, por medio de la interacción que nuestra madre tiene con la sociedad. Esta etapa es definitoria para nuestro futuro, especialmente cuando se ve acompañada de grandes complicaciones, como ser situaciones de pobreza o de violencia.

Desde el día en que nacemos comenzamos a apropiarnos de nuestro entorno, a intentar entender por qué estamos aquí, quiénes somos, qué podemos hacer con los recursos que nos rodean. Es un aparente juego, aunque esconde una búsqueda absolutamente necesaria de identidad, que se manifiesta a través de la risa, el llanto, los movimientos violentos de las extremidades, la exigencia de alimento y el intercambio de cariño.

Puede decirse que la corporeidad se encarga de la representación del modo de ser de un individuo. La educación física apunta a modelar el cuerpo según esa corporeidad, cuyos ideales cambian con la época y el lugar.

Toma de conciencia

Cabe destacar que la corporeidad, según estos análisis, posibilita que el ser vivo tome conciencia de sí mismo. La relación que una persona establece con su cuerpo, con los cuerpos de los demás y con el entorno forma su identidad, aquello que la diferencia. Por eso la educación física también tiene que permitir la experimentación de la corporeidad en toda su dimensión, fomentando la libre expresión del sujeto.

¿De qué nos sirve la conciencia de nosotros mismos, la corporeidad? Pues es el punto de partida de una vida autónoma, de la toma de decisiones constante que entendemos como el paso por el mundo, para reconocer e intentar saciar nuestras necesidades, para defendernos de las amenazas y, en definitiva, para subsistir y alcanzar la plenitud, tanto a nivel físico como emocional.

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