Definición de contemplar
Antes de entrar de lleno en el significado del término contemplar, se hace necesario descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente del verbo “contemplari”, que puede traducirse como “mirar atentamente un espacio concreto”. Asimismo hay que exponer que ese es fruto de la suma de dos componentes delimitados:
-El prefijo “con-”, que es equivalente a “junto”.
-El sustantivo “templum”, que significa “templo” o “lugar sagrado desde el que contemplar el cielo”.
Contemplar es un verbo que alude a observar o considerar algo. El concepto suele referirse a centrar la atención en alguna cuestión, que puede ser espiritual o física.
Por ejemplo: “Me gusta contemplar el mar durante horas”, “La nueva obra del artista se puede contemplar desde diferentes ángulos gracias a su ubicación estratégica en el centro de la sala de exposiciones”, “Deberíamos contemplar otras opciones antes de tomar una decisión”.
Si una persona se detiene a mirar el paisaje, puede decirse que está contemplando el entorno. Eso es lo que hace un sujeto cuando observa el océano desde la playa o cuando llega a un mirador en una montaña, por citar dos posibilidades. La idea de contemplar se vincula a mirar con calma, prestando atención.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que son muchas las personas que disfrutan contemplando aves. Incluso podemos decir que hay quienes cuando viajan eligen sus destinos teniendo claro que lo que desean es elegir aquellos donde puedan contemplar aves espectaculares en sus hábitats naturales.
Entre los beneficios que tiene llevar a cabo esa actividad están descubrir la belleza de esos animales, conocer más a fondo su apariencia y sus formas de vida así como contemplar la riqueza mediombiental de un lugar. Eso sin pasar por alto tampoco que contribuye a relajarse, a desconectar de la rutina y a aprender el valor de lo que la Naturaleza es.
De la misma manera, hay muchas personas que disfrutan acudiendo a museos para contemplar las obras de arte. Lo hacen porque, según distintos estudios, además de disfrutar de esa disciplina, se relajan, estimulan el flujo sanguíneo en sus cerebros, disfrutan de distintas emociones al admirarlas e intentar analizarlas…
Contemplar también implica tener presente algún dato o detalle. Supongamos que el dueño de una empresa se reúne con su equipo de trabajo para analizar cómo reducir costos, ya que la actividad de la compañía es deficitaria. Sus asesores, luego de analizar diversas cuestiones, le sugieren que contemple distintas alternativas: despedir empleados, ahorrar energía, mudar la compañía a un edificio más pequeño, etc.
En el contexto de la religión, contemplar supone permanecer en silencio y tratando de lograr un desapego de las emociones y los pensamientos para consagrarse a Dios. La contemplación, en este caso, está asociada a la meditación: su objetivo es controlar el cuerpo para lograr la iluminación del alma y, de este modo, conseguir un acercamiento a la divinidad.