Definición de contaduría
Hasta el latín hay que marcharse para poder encontrar el origen etimológico de la palabra contaduría. En concreto, emana de la suma de varios componentes de dicha lengua: el prefijo “con-“, que es equivalente a “junto”; el verbo “putare”, que es sinónimo de “estimar”; el sufijo “-ura”, que viene a indicar un resultado; y el sufijo “-ia”, que indica “cualidad”.
Contaduría es un término que hace referencia al oficio o la oficina del contador. El contador, por su parte, es el profesional que se dedica a la contabilidad (la ciencia y técnica dedicada a generar información útil para la toma de decisiones económicas).
Por ejemplo: “El dueño de la empresa me pidió que hablé con el responsable de contaduría para analizar por qué los márgenes de ganancia son cada vez más reducidos”, “Durante gran parte del año me dedico a la contaduría: por eso, en mis vacaciones, no quiero saber nada de los números”, “Gonzalo heredó el interés por la contaduría de su padre”.
Es posible, por lo tanto, entender el concepto de contaduría de diversas maneras. En algunos contextos, contaduría resulta equivalente a contabilidad, ya que es el oficio o la disciplina que se encarga de recopilar, analizar, generar y transmitir conocimientos vinculados a la información financiera o económica.
Teniendo en cuenta este significado, tendríamos que decir que la contaduría es una disciplina que, a su vez, puede organizarse o clasificarse en distintas ramas, entre las que se encuentran las siguientes: auditoría, contabilidad, finanzas, contabilidad administrativa…
La contaduría también puede ser la oficina, el despacho o el espacio físico donde los expertos llevan las cuentas de una entidad. En este caso, la contaduría es el lugar de reunión, ya sea físico o simbólico, de los contadores. Desde la contaduría se produce la información financiera que debe resultar útil para la toma de decisiones.
No podemos pasar por alto que cuando definimos contaduría en base a lo que sería un espacio físico, nos encontramos con los siguientes tipos:
• Contaduría de provincia. Como su propio nombre indica, es aquella oficina que dentro de una provincia en cuestión se encarga de llevar las cuentas tanto de las rentas públicas como de todas y cada una de las contribuciones que los distintos pueblos realizan a las arcas generales de ese territorio.
• Contaduría de hipotecas. Es el término que se emplea para referirse a todo aquel despacho que venía a ejercer como si de un registro de la propiedad se tratase.
• Contaduría general. Dentro del Consejo de Hacienda se encuentra esta otra oficina que está supeditada a un tribunal concreto y que tiene como clara misión proceder a estudiar y controlar todo lo que serían los caudales que posee el monarca de turno así como el fisco en general.
Puede decirse que todos los emprendimientos comerciales contemplan, de una forma u otra, la contaduría. Una empresa con cien empleados es probable que cuente con una contaduría muy desarrollada, con una oficina dentro de sus instalaciones y una actividad intensa. Una mujer que decide elaborar pan casero y venderlo en su barrio, en cambio, no contará con un especialista dedicado a la contaduría, pero sí registrará sus gastos e ingresos y llevará una contaduría informal para saber cuánto gana con su actividad.