Definición de cometa
La noción de cometa halla su origen en el vocablo latino comēta que, a su vez, deriva de un término griego que se traduce al español como “cabellera”. La palabra posee múltiples acepciones, aunque el uso más común es el que la presenta como un astro que, por lo general, esta compuesto por un núcleo de escasa densidad y una atmósfera luminosa (es decir, la “cabellera”) que lo precede, rodea o lo acompaña de acuerdo a su ubicación en relación al Sol.
Estos cuerpos celestes están constituidos por hielo y rocas, y suelen desplazarse en órbitas elípticas de gran excentricidad. Por su composición, los cometas se subliman cuando quedan cerca del Sol.
Después de haberse inventado el telescopio, los astrónomos pudieron determinar que los cometas aparecen de manera periódica. El primer científico en advertir eso fue el inglés Edmund Halley, quien en 1705 pudo anticipar que el cometa que llevaría su nombre (cometa Halley) aparecería en 1758.
Además del citado Halley, existen otros cometas también muy importantes como sería el caso, por ejemplo, del Cometa Hale-Bopp que se descubrió en el año 1995 y que se caracteriza por ser uno de los más brillantes que se han podido ver en muchas décadas.
Asimismo tampoco hay que olvidarse del Cometa Humason que recibe el nombre de quien le descubrió el primer día del mes de septiembre de 1961. Su principal seña de identidad y la que le da realmente relevancia a nivel mundial es su tamaño gigante.
Según sus características, un cometa puede ser clasificado como barbato (la atmósfera luminosa precede al núcleo), crinito (su cabellera está dividida en varios ramales), corniforme (su cola está encorvada) o caudato (la atmósfera luminosa va detrás del núcleo).
No obstante, podemos establecer que existen otras dos clases más de clasificaciones de los cometas. Una de ellas es la que se realiza en base al tamaño en kilómetros de los mismos. De esta manera nos encontramos con los goliat que son los que tienen más de 50 kilómetros, los gigantes que están entre los 10 y los 50, los grandes que cuentan con un tamaño de entre 6 a 10, los medianos que tienen entre 3 a 6, los pequeños que gozan de entre 1,5 y 3 kilómetros, y finalmente los aquinos que tienen como máximo 1,5 kilómetros.
La segunda clasificación es la que los diferencia en base a su edad cometaria. Así, nos encontramos con los cometas bebés que tienen menos de 4 años, los jóvenes que no superan los 30, los medios que son menores de 70 años, los viejos que tienen menos de 100 años y finalmente los matusalén que son mayores de 100 años.
Por otra parte, un cometa (también conocido, en este sentido, como barrilete, volantín, papalote o pandorga, entre otros nombres) da nombre al artefacto volador que gana altura y remonta vuelo por acción del viento y que puede ser dirigido desde la tierra mediante uno o varios hilos.
El cometa es uno de los entretenimientos más tradicionales para los niños, aunque también existen competencias de cometas donde participan los adultos.
Por último, cabe destacar que cometa es un juego de naipes donde el nueve de oros es el comodín.