Definición de coercibilidad
Coercibilidad es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto procede de la noción de coerción, que es la presión ejercida sobre una persona para forzar un cambio en su conducta o en su voluntad. Se entiende por coercibilidad, por lo tanto, la cualidad de coerción.
Por ejemplo: “El Estado debe ejercer la coercibilidad con responsabilidad y sin avasallar los derechos”, “Toda norma jurídica implica coercibilidad, pero no por eso hay que entender las leyes como una forma de represión”, “Conmigo, la coercibilidad no funciona: siempre hago lo que quiero, sin importar las consecuencias”.
La coercibilidad de las normas jurídicas habilita al Estado a hacer uso de la fuerza para garantizar su acatamiento.
Coercibilidad de una norma jurídica
Una norma jurídica es una regla que debe ser respetada y que posibilita la regulación de actividades o conductas. Estas normas pueden clasificarse como normas imperativas (las personas no pueden prescindir de su contenido, por lo que estas normas son independientes de la voluntad del individuo) o normas dispositivas (son prescindibles mediante el principio de autonomía de la voluntad).
La coercibilidad de las normas jurídicas está dada en la facultad que se le concede al Estado de aplicar la fuerza física sobre las personas que se niegan a acatarlas. La violación de la norma, por lo tanto, puede acarrear una respuesta que implique el uso de la fuerza por parte de las autoridades estatales.
Uso legal y legítimo de la fuerza
La coercibilidad, en definitiva, está vinculada a la posibilidad del uso legal y legítimo de la fuerza para que se cumpla la ley y se hagan eficaces los preceptos de las normas. Esta característica de la legislación se opone al concepto de incoercibilidad, el cual implica la ausencia de una acción física para que se cumpla una norma, y espera que los ciudadanos procedan a actuar de la forma esperada de manera espontánea, aunque esto no significa que no existan consecuencias negativas en caso de falta.
Es importante recordar que todas las normas contemplan una sanción para aquellos que no las cumplan, y que la distinción hecha en el párrafo anterior responde a que solamente las jurídicas se apoyan en la coercibilidad.
Si un individuo se niega a aceptar una sentencia judicial, la coercibilidad permite que un juez recurra a las fuerzas de seguridad para asegurar el cumplimiento de la misma.
Coercibilidad y apremio
Un término a menudo relacionado con el concepto de coercibilidad es el apremio, que puede definirse como toda providencia que pueda tomar el juez para actuar contra alguien que se resiste a obedecer sus órdenes; en otras palabras, es una intimación para conseguir que una persona que se niega a cumplir con lo que se le ha ordenado, se decida a hacerlo. También es posible definir apremio como la vía sumaria o el procedimiento de ejecución más riguroso y breve que el de un juicio ejecutivo, y también se denomina vía ejecutoria.
Por ejemplo, si un padre que recibe la orden de un juez de pagar una pensión alimenticia a sus hijos todos los meses se niega a obedecer, el juez puede optar por enviarlo a la cárcel, o bien por embargar todos sus bienes para usarlos a modo de depósito para cubrir las pensiones de los menores.
El derecho está íntimamente ligado a la coercibilidad, dado que por lo general se apoya en ella para poder aplicar las leyes, y el apremio es una de las medidas que puede usar el Estado para asegurarse de que todos cumplan con las normas, incluso cuando se resisten a hacerlo.
Aplicación de una pena
Del mismo modo, el término pena también se relaciona con la coercibilidad, aunque tenga significado y usos diferentes, ya que se trata de un castigo que puede imponer una autoridad legítima a alguien que haya cometido una falta o un delito.
Cuando una persona roba o maltrata a otra, física o psicológicamente, la gravedad de su accionar condiciona la pena a la cual será sentenciado, por mencionar una posibilidad.