Definición de cobranza

Cobranza es el acto y la consecuencia de cobrar: obtener el dinero correspondiente al desarrollo de una actividad, a la venta de un producto o al pago de deudas. La cobranza es el cobro en cuestión.

Por ejemplo: “Mañana a la tarde no podré reunirme contigo ya que tengo que hacer cobranzas”, “La cobranza de esta operación se está demorando demasiado”, “Ya le informé al director que no tenemos cobranzas previstas para esta semana”.

Las empresas suelen contar con empleados o incluso oficinas o departamentos destinados a la gestión de las cobranzas. Para cualquier compañía, la cobranza de los servicios prestados o los productos vendidos es esencial: el dinero obtenido sustenta su funcionamiento. Si la empresa no cobra (es decir, si sus clientes no pagan), no recibe los fondos que necesita para funcionar y para asumir sus propias obligaciones.

El procedimiento de cobranza suele ser estipulado por quien ofrece el producto o el servicio. Aquel que debe pagar, de este modo, ya sabe cuáles son las condiciones en cuestión. Si una persona contrata un servicio de telefonía y la compañía telefónica, en el contrato establecido, detalla que la cobranza se realiza del 1 al 5 de cada mes, el sujeto tiene que pagar en ese plazo. De lo contrario estará en falta y podrá ser castigado de distintas maneras (con el cobro de intereses o la cancelación del servicio, por citar dos posibilidades).

Es importante conocer además que quienes están especializados en la cobranza de deudas deben respetar siempre unas normas. Es decir, no pueden realizar acciones que se encuentran prohibidas como son estas:
-Acosar a quien debe el dinero. Eso supone que no pueda llamarle constantemente al teléfono ni tampoco amenazarle ni insultarle.
-Darle información crediticia falsa.
-Tomar posesión de su propiedad.
-Decirle que le arrestarán o le embargarán si no paga la cantidad que está debiendo.
-Hacerse pasar por abogados para “meterle” miedo.

Cabe destacar que incluso existen empresas especializadas en cobranzas. De esta forma, aquel que necesita cobrar dinero de otras personas no se involucra directamente en el reclamo, sino que apela a este tipo de entidades.

En ocasiones, conseguir la cobranza de ciertas cantidades resulta muy complicado porque la persona que tiene que pagar intenta eludir el abono del dinero que debe. Por eso, hay quienes recurren a servicios conocidos como “El cobrador del frac” que se presenta como una herramienta contra los morosos. Este es un servicio que consiste en que un individuo, vestido con frac y ataviado con un maletín que pone la palabra “moroso”, sigue a todas partes a la persona que tiene que hacerle frente a una deuda y no la paga.

El hecho de que pueda sentir vergüenza y de que sus vecinos o amigos lo señalen como moroso puede llevar a que acceda a pagar el dinero que debe de manera inmediata.

Ante una situación de cobranza que no consigue los frutos deseados, a quien se le adeuda una cantidad deberá recurrir a la ley. Eso supone seguir las vías que existen para casos como el suyo, entre las que está presentar la correspondiente demanda.

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