Definición de cleptómano
Para poder conocer el significado del término cleptómano se hace necesario, en primer lugar, descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que se trata de una palabra de origen griego, compuesta a partir de la suma de tres elementos de dicha lengua:
-La forma verbal “klepto”, que puede traducirse como “yo robo”.
-El sustantivo “mania”, que es equivalente a “locura”.
-El sufijo “-o”, que se utiliza para indicar “agente”.
Precisamente partiendo de todo eso podemos establecer que se utiliza para referirse a aquel que “sufre el deseo incontrolable de robar”.
Un cleptómano es un individuo que sufre cleptomanía: una inclinación que lo lleva a robar de manera compulsiva. Se trata de un trastorno que le impide al sujeto controlar sus impulsos, en este caso vinculados al hecho de apropiarse de objetos que no le pertenecen.
El cleptómano, al sentir este impulso, comienza a sentir un nivel cada vez mayor de ansiedad que solo se alivia al cometer el hurto. Debido a que el robo le proporciona un bienestar, la conducta se refuerza y se repite una y otra vez: por eso el acto de robar se vuelve una adicción.
Todos los cleptómanos cuentan con unas características comunes como son las siguientes:
-Tienen pensamientos habituales que les incitan a acometer el delito en cuestión.
-Después de haber sustraído cualquier objeto, pueden llegar a tener no solo sentimientos de remordimiento sino también de culpa.
-No podemos pasar por alto tampoco el hecho de que se sienten impotentes ante el impulso de cometer el hurto o sustracción.
Es importante tener en cuenta que, en los cleptómanos, quedarse con propiedades ajenas no se vincula a un deseo de incrementar la riqueza material ni a la intención de satisfacer una necesidad económica. El objeto robado, de hecho, puede carecer de valor monetario e incluso de utilidad.
Para el cleptómano, su propensión compulsiva al robo puede ser motivo de todo tipo de problemas. Desde legales vinculados a las penas con las cuales se castiga un robo, hasta sociales, laborales y familiares. Muchas personas no logran entender o aceptar que un cleptómano es alguien que roba por un impulso que no puede controlar.
Por lo general los cleptómanos padecen de otros trastornos vinculados a la ansiedad y al estado anímico. Su propia conducta contribuye a incrementar el estrés y al desarrollo de diversos sentimientos negativos, como la culpa.
El tratamiento de la cleptomanía suele incluir terapia con un psiquiatra o un psicólogo y el suministro de fármacos como antidepresivos y estabilizadores del humor.
No obstante, tampoco podemos pasar por alto que en ese tratamiento también pueden cobrar protagonismo otras herramientas como son las siguientes:
-Técnicas de relajación, para que puedan tener más control cuando sufren ansiedad o cuadros de estrés.
-Técnicas para que el cleptómano pueda proceder a aprender a expresar la tensión interna que siente pero de una manera que le resulte constructiva.
-Técnicas de tipo conductual, que ayudarán al individuo a reforzar la confianza en sí mismo así como en su capacidad de control.