Definición de ciclorama
La noción de ciclorama se forma a partir de dos vocablos griegos: kýklos (que puede traducirse como “círculo”) y hórama (traducible como “vista”). El término hace referencia, según la primera acepción mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, a una imagen panorámica que se desarrolla en un cilindro.
Este panorama es una vista que se crea en una estructura hueca de forma cilíndrica. En la parte central de su interior hay una plataforma aislada que se destina a los espectadores, cuya parte superior se cubre para que la luz cenital no sea visible.
La noción de ciclorama fue acuñada por el artista irlandés Robert Barker (1739-1806). Este pintor, en 1792, ideó un panorama de este tipo en la ciudad escocesa de Edimburgo para plasmar el paisaje que se podía apreciar desde una colina.
La idea de ciclorama, en definitiva, refiere a la obra que se lleva a cabo en una estructura cilíndrica para que su contemplación se realice desde el interior. Así el espectador queda rodeado por las imágenes y disfruta una visión de 360º.
Por extensión, el nombre de ciclorama se emplea para nombrar a los edificios creados con el objetivo de albergar estas obras artísticas. En ocasiones, con el paso del tiempo, el uso de la construcción se modifica.
Uno de los cicloramas más famosos es el Panorama Mesdag, una trabajo que el pintor Hendrik Willem Mesdag concretó en 1881. Se trata de una imagen de 120 metros de diámetro y 14 metros de altura que retrata a Scheveningen, un distrito de La Haya.
En el ámbito del teatro, por último, un ciclorama es un telón de forma semicircular que se ubica en el fondo del escenario. El ciclorama permite la proyección de efectos visuales.