Definición de calorimetría
Se conoce como calorimetría al área de la física centrada en las técnicas y los recursos para medir el calor. También se denomina calorimetría a la medida del calor que, en un proceso biológico, químico o físico, se absorbe o se desprende.
El calor
Antes de avanzar, es importante resaltar que el calor es una energía que de un cuerpo pasa a otro. Estos cuerpos, por acción del calor, pueden registrar cambios de estado y dilatarse.
Toda la energía del organismo se convierte en calor
Uno de los conceptos más importantes relacionados con el calor y los cuerpos es la transferencia, un proceso perteneciente al ámbito de la física que se describe como la propagación por diferentes medios del calor. Precisamente, la calorimetría se dedica a medir las alteraciones que se dan en las variables de estado para averiguar la transferencia de calor que se asocia a éstas, teniendo en cuenta las razones que las causan e imponiendo asimismo ciertas restricciones bien definidas.
El calorímetro
La calorimetría recurre a un dispositivo denominado calorímetro para la medición del calor. Lo que hace el calorímetro es registrar la cantidad de calor que un cuerpo recibe o suministra, determinando de este modo el calor específico del mismo y el calor que capta o libera.
Los calorímetros suelen ser recipientes aislados y cerrados que contienen agua, un termómetro y un elemento para agitar. Al recurrir a una fuente de calor y agitar el agua hasta conseguir un equilibrio, se mide el incremento de la temperatura mediante el termómetro. A través de cálculos, se puede conocer el calor liberado, el calor absorbido, etc.
Calorimetría directa
Como veremos a continuación, este concepto se puede estudiar desde dos perspectivas diferentes de acuerdo al método de medición. En primer lugar podemos hablar de la calorimetría directa, la cual abre las puertas a la medición de la energía que el cuerpo humano genera a lo largo de las dos fases principales de su día a día: el reposo y el esfuerzo.
Su base se encuentra en la afirmación de que toda la energía que produce nuestro organismo se convierte en trabajo o calor, un proceso constante que nos mantiene en equilibrio y resulta esencial para nuestro desarrollo.
El término directa nos indica que la medición se tiene que llevar a cabo en condiciones poco naturales, ya que la persona debe estar en una campana capaz de medir la temperatura con gran precisión y determinar la cantidad de calorías que quema a cada momento. Esto no sería posible, por ejemplo, en plena práctica de un deporte.
Además, no sólo no se puede aplicar a una situación cotidiana o normal, sino que tiene un coste altísimo y no se puede usar en cualquier clínica. En otras palabras, este tipo de calorimetría es propia del ámbito científico de investigación.
El calor se propaga por diferentes medios
Calorimetría indirecta
La calorimetría indirecta, en este marco, es la alternativa más accesible a nivel económico y de infraestructura a la directa. Para evitar las exigencias del otro tipo de medición, se apoya en el análisis de gases siguiendo determinados parámetros matemáticos. La prueba que se realiza en este caso es de esfuerzo.
En términos más técnicos, esta clase de calorimetría mide el consumo de oxígeno y/o la producción de dióxido de carbono y desechos de nitrógeno para estimar el calor producido por un ser vivo. Existen distintas formas de recolección de los gases para el desarrollo de la calorimetría indirecta.
Un médico, por ejemplo, puede indicarle a una persona que utilice un medidor metabólico para conocer su producción de CO2 y su consumo de O2 mientras respira de manera espontánea. Así es posible estudiar eventuales enfermedades del metabolismo y otros trastornos.