Definición de cadalso

Se denomina cadalso a la estructura que se construye para el desarrollo de un evento solemne. El término suele utilizarse con referencia a la plataforma que se emplea para ejecutar a una persona condenada a la pena de muerte.

Los cadalsos podían instalarse en una plaza para recibir a un monarca o para la realización de un acto religioso. En la Edad Media, cuando un rey llegaba a un poblado, podía montarse un cadalso en la plaza para que el soberano saludara a los súbditos o pronunciara un discurso. Un cadalso también podía permitir las exequias de un fallecido en cuerpo presente: en estos casos, el ataúd se colocaba sobre el cadalso con el objetivo de que la gente pudiera rendirle homenaje al difunto.

Desde un punto de vista arquitectónico, el término cadalso hace referencia a un baluarte o fortificación que se construía en madera sobre murallas y torres de la era medieval. Para sostener el cadalso se incrustaban en el muro unas vigas o ménsulas de piedra o madera sobre las cuales se colgaba. Por lo general, contaba con un techo, aunque algunos también se fabricaban abiertos.

Este tipo de cadalso no solía construirse con vistas a un uso permanente, sino que formaba parte de las estrategias de los asedios. Se cree que en épocas de paz los cadalsos se guardaban como estructuras prefabricadas, para reducir el tiempo de instalación durante los enfrentamientos.

Dada la naturaleza militar del cadalso, se diseñaban con aspilleras (aberturas verticales estrechas y profundas para proteger a los arqueros mientras usaban sus armas) en el frente y en el suelo, de manera que los disparos pudieran cubrir un amplio rango. Por otro lado, los que se construían en madera ardían con mucha facilidad, y ese punto débil podía dejarlos inhabilitados en pocos minutos si los enemigos venían preparados.

En el caso de las ejecuciones por pena de muerte, el cadalso tenía un efecto aleccionador. Los gobernantes mostraban, en medio de un espacio público y como parte de un evento abierto a la comunidad, cómo hacían justicia quitándole la vida al condenado. De esta manera se esperaba que las demás personas actuaran correctamente para evitar estar en la misma situación del ejecutado.

Sobre el cadalso solía instalarse la horca: tres vigas que, gracias a una soga, servían para colgar y ahorcar al condenado. La horca, de hecho, aún es un medio legal de ejecución en varios países. El dictador iraquí Saddam Hussein, por ejemplo, fue ejecutado en una horca en diciembre de 2006.

El cadalso también podía servir para la instalación de una guillotina, una máquina que produce la muerte por decapitación.

Como parte de un nombre propio, encontramos esta palabra en apellido de José Cadalso y Vázquez de Andrade, un militar oriundo de España que se hizo conocido a través del pseudónimo Dalmiro. Nació en Cádiz en el año 1741 y legó una importante obra literaria, antes de morir en combate a la edad de cuarenta años. Sus obras más recordadas son Cartas marruecas, Noches lúgubres y Los eruditos a la violeta. Si bien José Cadalso publicó sus memorias, sus contemporáneos han dejado diversos escritos que nos ayudan a reconstruir los hechos más importantes de su vida.

La infancia de José Cadalso estuvo marcada por la desgracia desde el momento de su propio nacimiento, cuando su madre murió a causa de complicaciones en el parto. Con respecto a su padre, se encontraba en América ocupándose de sus negocios, y recién se conocieron cuando José había cumplido los trece años. En esta primera etapa de su vida, fue uno de sus tíos quien se encargó de sus estudios, y para ello lo envió a Francia, Inglaterra, Italia y parte de la actual Alemania.

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