Definición de bronquitis
La bronquitis es la inflamación crónica o aguda de la membrana mucosa de los bronquios, que constituyen las principales vías respiratorias hacia los pulmones. Esta inflamación produce una opresión en el pecho, falta de aire y tos (que puede estar acompañada por la expectoración de moco).
La bronquitis crónica se enmarca dentro de las EPOC (Enfermedades Pulmonares Obstructivas Crónicas) y está caracterizada por la dificultad para el ingreso y la salida del aire de los pulmones. Respirar polvo o humo por períodos prolongados y fumar son las principales causas de la bronquitis crónica, una enfermedad que puede tratarse para aliviar los síntomas pero que nunca desaparece por completo.
La bronquitis aguda, por otra parte, es una enfermedad viral (causada por un virus). Comienza con sinusitis, secreciones de la nariz y dolor de garganta y después alcanza las vías respiratorias, con una tos seca que suele durar varias semanas. Una vez afectado por la bronquitis aguda, es común que el paciente contraiga una infección bacteriana secundaria en las vías respiratorias.
La bronquitis crónica puede favorecer el desarrollo de infecciones recurrentes en las vías respiratorias y propiciar la aparición de hipertensión pulmonar, insuficiencia cardíaca y enfisema. En todos los casos, es importante acudir al médico para que determine el tratamiento adecuado a cada paciente.
La bronquitis aguda que no presenta trastornos pulmonares subyacentes, en cambio, suele desaparecer en un periodo de entre siete y diez días, aunque la tos puede persistir por más tiempo.
A la hora de realizar un diagnóstico, los médicos suelen practicar análisis físicos (siendo el método más conocido la auscultación de la actividad pulmonar con ayuda de un estetoscopio) y formular una serie de preguntas para identificar los síntomas con claridad, sin permitir que los preconceptos y la información obtenida de fuentes poco confiables que suelen acarrear los pacientes interfieran en la observación. Es importante subrayar que enfermedades como la neumonía o el asma presentan síntomas similares, por lo cual resulta imprescindible descartarlas durante dicho proceso.
Para evitar la aparición de esta enfermedad, se recomienda mantener el hábito de lavarse las manos antes de las comidas y cuando se llega a la casa después de haber estado en la calle, no frecuentar lugares cerrados en los que se junten muchas personas, evitar el tabaco (sea el propio consumo o el contacto con el humo), respetar las horas de sueño recomendadas y llevar una alimentación sana y nutritiva. Cabe mencionar que la bronquitis, así como otras afecciones más comunes y menos graves, son más propensas a aparecer en las épocas del año más frías y lluviosas.
El tratamiento más común suele basarse en el consumo de antifebriles, analgésicos (para tratar los dolores de cabeza) y de medicamentos para reducir los ataques de tos; también se indica el uso de inhaladores, que promueven la dilatación de los bronquios. Asimismo, es de gran importancia descansar tanto como sea posible, realizar inhalaciones de vapor e ingerir grandes cantidades de agua para colaborar con la disolución de la flema pulmonar.
Con respecto a los antibióticos, no se indican en los casos de bronquitis aguda, ya que el origen de la misma suele ser de tipo viral; sólo se recetan si el médico encarga un análisis de cultivo y se puede confirmar la presencia de bacterias. Por otro lado, dado que la bronquitis crónica se ve comúnmente acompañada de infecciones de tipo bacteriano, es generalmente tratada con antibióticos.
Como en otros casos, mucha gente recomienda tratamientos con medicina natural, sea que complementen los indicados por un médico o bien que los sustituyan por completo; los más conocidos son la fitoterapia (el consumo de ciertas especies de plantas), la aromaterapia (con aceites esenciales) y el drenaje linfático (a través de masajes).