Definición de bizco
El término bizco procede del vocablo latino versĭcus, derivado de versus (que puede traducirse como “vuelto”). Se dice que alguien es bizco cuando tiene estrabismo: una disposición anormal de los ojos que hace que los ejes visuales no se enfoquen de manera simultánea en el mismo lugar.
Un sujeto bizco o estrábico, por lo tanto, no tiene los ojos alineados entre sí. De esta manera, la visión binocular de la persona es deficiente ya que no consigue fijar ambos ojos en un mismo punto, una particularidad que se traduce en inconvenientes para percibir la profundidad.
Aquel que es bizco no presenta los ojos alineados entre sí.
Consecuencias del estrabismo
Un ser humano puede nacer bizco o adquirir el estrabismo con el paso de los años. Si el individuo es estrábico de forma congénita o desarrolla la condición en la niñez, puede sufrir ambliopía. Este trastorno visual hace que las estructuras neurológicas vinculadas a la visión no se desarrollen adecuadamente, imposibilitando la corrección del estrabismo.
Con respecto a lo que ocurre para que los ojos de un sujeto bizco no posean la alineación normal, se trata de una falta de coordinación entre los seis músculos que se encuentran alrededor de cada ojo, los cuales deberían siempre trabajar juntos para conseguir el efoque de los objetos. Como se expresa anteriormente, una persona bizca tiene dificultades para que ambos ojos miren el mismo objeto.
Este comportamiento por parte de los ojos acarrea que el cerebro reciba dos imágenes diferentes, con diferentes objetos en el foco, y entonces no puede procesarlas con claridad. Durante la niñez, es posible educar al cerebro para que ignore o suprima la imagen que llega del ojo menos fuerte.
Existen diferentes tratamientos que permiten que el individuo bizco supere los problemas de fijación.
Tratamiento del individuo bizco
Para determinar si un niño es bizco y descubrir cuál es el ojo con problemas de fijación, se llevan a cabo pruebas de cobertura (tapando un ojo por vez) y de reflexión lumínica en la córnea.
Una persona bizca puede ser tratada a través del uso de prismas ópticos, anteojos (gafas) o parches. También se puede apelar a una intervención quirúrgica. Ciertos ejercicios, por otra parte, pueden ayudar a corregir el estrabismo.
Posibles causas
La causa del estrabismo es muy difícil de determinar, y de hecho se desconoce en la mayoría de los casos. El estrabismo congénito, que aparece en el momento del nacimiento o poco tiempo más tarde, es el más común de todos. Cabe mencionar que por lo general el problema no reside en una falta de fuerza en el músculo, sino en la incapacidad de controlarlo.
En los adultos, las causas del estrabismo están asociadas a diferentes problemas: diabetes (que deriva en el trastorno conocido con el nombre estrabismo paralítico adquirido), enfermedad de Graves, botulismo, una lesión en el ojo, síndrome de Guillain-Barré, un accidente cerebrovascular, intoxicación por consumo de mariscos, pérdida de visión o una lesión cerebral traumática.
Por otro lado, si alguien en la familia sufre de estrabismo, entonces esto potencia las probabilidades de que los descendientes la adquieran. En general, cualquier enfermedad o lesión que afecte la visión puede convertirse en un factor contribuyente. En los niños, por ejemplo, una de las condiciones que puede acarrear ojos bizcos es la hipermetropía (dificultad para ver los objetos cercanos con la misma claridad que los lejanos).
Ser bizco y trascender la condición
Es importante señalar que los síntomas del estrabismo, como ser la dificultad para percibir la profundidad o las diferencias de alineación entre los ojos, no siempre son contantes, es decir que en algunos casos se presentan de forma intermitente. Además, lo normal es que los niños bizcos no sean conscientes de su problema, a causa del trabajo que realiza el cerebro para compensar la imprecisión de la información.
Penélope Cruz, Barbra Streisand, Andy García y Kate Moss son algunos de los famosos bizcos. Como se puede advertir, el estrabismo no es una condición incapacitante ni impide alcanzar la notoriedad pública.