Definición de barba
La Real Academia Española (RAE) menciona como primera acepción de barba al sector de la cara que se encuentra debajo de la boca. El uso más habitual del concepto, de todos modos, alude al pelo que crece en dicha parte del rostro.
Se llama barba, por lo tanto, al conjunto de pelo cuyo crecimiento se desarrolla desde el comienzo del cuelo hasta la zona de las orejas, cubriendo las mejillas y el mentón. Al pelo que crece sobre el labio superior y debajo de la nariz se lo denomina bigote.
Por ejemplo: “Este año me voy a dejar crecer la barba”, “¿Podrías afeitarte? No me gusta cómo te queda la barba”, “Los hombres con barba suelen tener una apariencia muy masculina”.
Existen múltiples tipos de barba, de acuerdo a cómo se rasura (afeita) el hombre en cuestión. El significado de la barba, por otra parte, varía de acuerdo a la cultura y la época.
La barba, en este sentido, ha sido asociada a una clase social privilegiada, a la experiencia, a la sabiduría y a la virilidad. En otros momentos, se vinculó la barba a la tosquedad, a la ausencia de higiene y a la incultura.
En la actualidad, tendencias tales como la metrosexualidad hacen que la figura del hombre no se asocie precisamente con aquellas cuestiones que en el pasado reflejaban su virilidad, sino más bien con el aseo personal y el cuidado de su imagen. El hombre metrosexual refina su aspecto, cuida su figura con ejercicio y dietas, se depila las cejas y se afeita o recorta su barba para evitar por todos los medios un aspecto que denote falta de preocupación.
Por otro lado, es importante señalar que no todos los hombres pueden dejarse crecer la barba, ya que algunos poseen rostros con poco vello. Esta es una de las razones por las cuales no deberíamos asociar este concepto con la virilidad o la hombría, ya que no resulta justo considerar que la ausencia de pelo en la cara denota debilidad o cobardía, por ejemplo.
Los hombres no siempre usan barba o bigote por gusto, sino que muchas veces se dejan estar y prefieren el vello facial a la obligación de afeitarse con regularidad. Dependiendo de diversos factores, algunos deben hacerlo todos los días, mientras que otros pueden pasar varios días sin notar un crecimiento considerable.
Muchos varones recién pueden dejarse crecer la barba pasada la adolescencia, incluso bastante adentrados en la etapa de la juventud. Sin embargo, algunos desarrollan muy rápido, por lo cual ya lucen sus rostros tupidos a los catorce o quince años, algo que les confiere una cierta seguridad en ellos mismos, aunque más no sea hasta que sus compañeros lo alcancen en la confusa carrera del crecimiento.
No se puede obviar que la barba también tiene un rol importante en la religión. Las representaciones más habituales de la imagen de Jesucristo, por citar un caso, lo muestran con barba. El dios griego Zeus también se representa con barba. Muchos judíos y musulmanes, por otro lado, optan por dejarse crecer la barba de acuerdo a las recomendaciones de sus religiones.