Definición de autodeterminación

La idea de autodeterminación, en su sentido más amplio, alude a la capacidad de un individuo para tomar una decisión por sí mismo. Por extensión, se entiende la autodeterminación como la facultad de un pueblo para decidir su futuro, sobre todo mediante acciones políticas que incidan en la organización de la sociedad.

Se habla de autodeterminación personal con referencia a la potestad de una persona de organizar sus recursos y explotar su potencial para alcanzar las metas que se plantea. Esta autodeterminación está vinculada a la voluntad individual y a la posibilidad de elegir con libertad.

Diversos factores pueden atentar contra la autodeterminación personal. Uno de ellos es el contexto económico y social: si alguien desea estudiar, pero no tiene dinero para hacerlo, ese deseo no podrá ser cumplido. Las presiones familiares, en tanto, también pueden afectar la autodeterminación.

Dependiendo del punto de vista, la autodeterminación personal se puede considerar un rasgo propio de cada individuo, que se manifiesta en diferentes grados, desde muy bajo rozando la nulidad hasta muy alto, en aquellos individuos que parecen no detenerse ante ningún obstáculo. Como ocurre con otras cuestiones similares del ámbito de la psicología, no es fácil predecir cuán autodeterminada será una persona simplemente por conocer las características de su entorno y su crianza, algo que se prueba al observar a aquellos hermanos que escogen caminos prácticamente opuestos en la vida a pesar de haber crecido en el mismo hogar.

Retomando lo expuesto más arriba acerca de los factores que pueden obstaculizar la autodeterminación, también es correcto afirmar que muchas personas tienen más oportunidades de las que están dispuestas a aprovechar, y viceversa. Para quienes se encuentran del otro extremo puede resultar muy frustrante sentir que la vida les ha negado dichas oportunidades, y en casos extremos la autodeterminación se desvanece progresivamente hasta que el individuo deja de soñar con un futuro mejor.

Todo esto se enmarca en la teoría de la autodeterminación, conocida también por su sigla en inglés SDT, que estudia la motivación y las inquietudes acerca del desarrollo, las necesidades y las tendencias que traemos de nacimiento. En pocas palabras, intenta explicar aquello que nos impulsa a tomar decisiones cuando no existen estímulos externos, es decir, cuando surgen de la propia determinación. A lo largo de los años 70, esta teoría avanzó notablemente gracias a las investigaciones centradas en la motivación intrínseca y su repercusión en el comportamiento.

El derecho de autodeterminación de los pueblos, por otra parte, implica que la ciudadanía tiene la soberanía de decidir sobre su forma de gobierno y de definir cómo fomentar su propio progreso social, cultural y económico. Esto supone que, para garantizar la autodeterminación, se deben rechazar las injerencias externas (por ejemplo, de otros países o de organismos multinacionales).

Si bien el derecho de autodeterminación permite efectivizar los derechos humanos individuales, también puede derivar en situaciones peligrosas, como manifestaciones violentas para imponer una decisión o esfuerzos para desestabilizar a los gobernantes constitucionales.

Con respecto a su historia, podemos decir que el concepto de autodeterminación en el ámbito de la política tuvo sus orígenes a lo largo de la denominada Edad Contemporánea, un período de la historia que comenzó con la Declaración de Independencia de Norte América o bien la Revolución francesa y que se extiende hasta el día de hoy. Lo articularon las culturas periféricas, división de la economía que incluye la escuela desarrollista y la teoría de la dependencia.

Autodeterminación y Libertad (AyL), por último, es un partido político creado en 2001 por el dirigente Luis Zamora en Argentina. Se trata de una agrupación de izquierda que impulsa la autoorganización de los trabajadores para definir políticas y avanzar hacia el socialismo.

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