Definición de atribución

Si analizamos la etimología del término atribución, debemos dirigirnos a la lengua latina y a su vocablo attributio. Se denomina atribución al acto de atribuir: indicar la competencia de algo, asignar cualidades o propiedades a una cosa o a alguien.

La idea de atribución suele emplearse respecto a las facultades que dispone una entidad de acuerdo a las normativas que rigen su funcionamiento. Por ejemplo: “El control del presupuesto es una atribución de esta comisión”, “La contratación directa de empleados no es una atribución de los legisladores”, “Tengo atribución para suspenderte y hasta para despedirte: te recomiendo que empieces a prestar atención a mis instrucciones si no quieres tener problemas”.

Una atribución también consiste en imputar una obra o una acción a una persona, afirmando que ésta es la responsable. Muchas veces las atribuciones se hacen de manera equivocada y señalan erróneamente al autor en cuestión.

Supongamos que un periodista atribuye la novela “Cien años de soledad”, escrita por el colombiano Gabriel García Márquez, al peruano Mario Vargas Llosa. Al advertir el fallo, otra periodista le comenta: “Te has equivocado en la atribución: ‘Cien años de soledad’ es un libro de García Márquez, no de Vargas Llosa”.

Este tipo de errores suele darse con respecto a obras antiguas, especialmente aquéllas que fueron escritas cuando el mundo editorial no disponía de una organización sólida. De hecho, en algunos casos no se puede señalar con seguridad al autor, sino que se deduce luego de profundas investigaciones realizadas por especialistas que analizan tanto el estilo literario de la obra como el contexto histórico y los datos que poseen de los escritores de la época.

En el ámbito de la psicología social, se emplea la noción de teoría de la atribución para referirse a cómo el ser humano evalúa su comportamiento y el comportamiento de otros individuos.

El autor principal de la teoría de la atribución fue el psicólogo Fritz Heider, y se puede apreciar en su libro titulado «La psicología de las relaciones interpersonales«, donde la presentó como un método útil para evaluar la percepción del comportamiento antes mencionada.

Si nos adentramos más en su teoría, no sólo se trata de una forma de estudiar el modo en el cual explicamos nuestro comportamiento y el ajeno sino también los sucesos de la vida. A esto se refiere la psicología social con el nombre proceso atributivo, y en este contexto Heider explica que tendemos a relacionar la conducta ajena a una de dos posibles causas: externas (el contexto, un acto de un tercer sujeto, el azar, etc.) o internas (la inteligencia, la personalidad, una motivación, etc.).

La teoría de la atribución reconoce los siguientes elementos:

* locus interno o externo: se trata de una propiedad que Heider relaciona con nuestra autoestima. Por ejemplo, las personas que realizan atribuciones internas a sus propios logros ganan en autoestima y motivación, mientras que las que atribuyen sus fracasos a cuestiones personales sufren una pérdida considerable de autoestima. El locus se considera externo cuando el resultado no depende del sujeto, sino que se debe a factores externos;

* estabilidad: este concepto hace referencia a la valoración que hace el sujeto del estado que el problema al cual se enfrenta presenta a lo largo del tiempo. Si atribuye su fracaso a cuestiones que considera estables, como ser la dificultad de una materia de estudio, desciende su motivación de logro;

* controlabilidad: en este caso no importa cuán estable sea el problema en el tiempo, sino si el sujeto tiene la posibilidad de controlar los factores relacionados con él, si dependen o no de su accionar. Por ejemplo, si alguien atribuye su fracaso a su supuesta mala suerte, entonces disminuye su motivación de logro.

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