Definición de árbitro

Para poder entender el significado del término árbitro, tenemos que establecer previamente lo que es su origen etimológico. En este caso, cabe decir que deriva del latín, más en concreto del sustantivo “arbiter”, que puede traducirse como “juez”.

La primera acepción que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) del término árbitro alude al individuo que tiene la facultad de tomar ciertas decisiones por sí mismo, sin depender de otro sujeto.

En el ámbito del derecho, un árbitro es una autoridad que, elegida o aceptada por las partes de un litigio, se encarga de resolver un conflicto. El árbitro debe ser imparcial y emitir su fallo según criterios legales o de equidad.

Lo habitual es que las partes decidan someterse a un árbitro para resolver el problema con mayor celeridad. Si, en cambio, recurren a un proceso legal, es probable que el litigio se extienda mucho más en el tiempo hasta que un tribunal o un juez se pronuncien al respecto.

En el terreno del deporte, un árbitro es una persona cuya tarea consiste en aplicar el reglamento mientras se desarrolla un partido o una prueba, castigando a los infractores y otorgando validez a los resultados. De acuerdo a la disciplina, es posible que haya más de un árbitro en cada encuentro.

Si nos centramos en el fútbol, encontraremos a un árbitro principal que cuenta con el apoyo de dos árbitros asistentes (también llamados jueces de línea). Afuera del campo, un cuarto árbitro también desarrolla ciertas tareas, además de estar disponible para reemplazar al árbitro principal en caso de lesión.

Un árbitro de fútbol debe sancionar, por ejemplo, un tiro penal a favor de un equipo si un jugador de campo del conjunto rival toca el balón con la mano de manera intencional en el área que defiende.

Ese árbitro no solo pitará faltas o penalties, por ejemplo, sino que también hará uso de las tarjetas para poder sancionar a los jugadores. Cuando se trata de una falta de cierta consistencia le sacará la amarilla y si el jugador acumula dos, le tendrá que sacar directamente la roja. Esta, que puede utilizar cuando se produzca un hecho muy grave, supondrá la expulsión inmediata del terreno de juego. Una situación que hará que el equipo de futbolista tenga que seguir en la competición con un jugador menos.

Se considera que toda persona que quiera desempeñar la labor de árbitro debe contar con una serie de características esenciales:
-Debe ser inteligente, entre otras cosas, para poder tomar las decisiones de la manera más justa y adecuada en cada momento.
-Es imprescindible que sea alguien tolerante, capaz de escuchar las opiniones de ambas partes.
-No menos relevante es que tiene que ser una persona con los nervios templados. Eso significa que mantendrá la calma en todo momento, bien cuando recibe las críticas o comentarios de los jugadores o bien cuando escuche los improperios que los espectadores maleducados puedan lanzarle.
-Deber ser profesional. Esto significa que no solo debe conocer al milímetro el reglamento sino que también es imprescindible que sepa aplicarlo. Por supuesto, jamás debe dejarse influir por el ambiente ni tampoco dejarse llevar por sus preferencias y gustos deportivos a la hora de beneficiar o perjudicar a un equipo.

Definición siguiente →