Definición de aprehender
Lo primero que vamos a hacer antes de analizar el significado del término aprehender es conocer su origen etimológico. En este caso, podemos decir que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente del verbo “apprehendere” que puede traducirse como “atrapar”. Es fruto de la suma de los siguientes componentes:
-El prefijo “ad-”, que significa “hacia”.
-El componente “prae-”, que es sinónimo de “antes”.
-El verbo “hendere”, que es equivalente a “agarrar” o “atrapar”.
El concepto puede aludir a capturar, atrapar o recoger algo o a alguien. Por ejemplo: “Un agente trató de aprehender al delincuente, pero el joven asaltante logró escapar”, “La policía montó un operativo con el objetivo de aprehender a los terroristas”, “El juez ordenó aprehender al cantante por el delito de estafa”.
La idea de aprehender también se utiliza como sinónimo de aprender, de acuerdo a la segunda acepción mencionada en el diccionario que elabora la Real Academia Española (RAE). La acción consiste en la adquisición de conocimientos.
Es habitual, de todos modos, que aprehender se use con referencia a “capturar” ese conocimiento: es decir, a hacerlo propio. La persona que aprehende algo lo consigue para sí y se garantiza de tenerlo para siempre o, al menos, por un periodo prolongado. Por lo tanto, aprehender implica comprender a la perfección la información, asimilándola y pudiendo reutilizarla a partir de la interpretación propia.
En este sentido, no es lo mismo aprender una lección para repetirla y así aprobar un examen, que aprehender los datos y asimilarlos. Un estudiante puede completar un curso con buenas calificaciones y, sin embargo, no tener un dominio real sobre las temáticas. En cambio, quien realmente logra aprehender los contenidos, incrementa su acervo intelectual y puede, en el futuro, acudir a dichas herramientas simbólicas que ya son parte de su ser.
A partir de estas ideas, se puede afirmar que, al leer un texto, una persona puede aprender (y repetir o “usar” la información) o aprehender (interpretar y reinterpretar la información).
Precisamente por todo lo expuesto, aprehender cobra especial protagonismo dentro de la educación y, sobre todo, en materias tales como la filosofía. Y es que los docentes que imparten esta consideran que el objetivo final a conseguir con las clases es que sus alumnos aprehendan. Claro, porque es la forma de que puedan no solo asimilar los conocimientos sino también compararlos entre sí e incluso establecerles su lógica.
Es más, en la rama filosófica, aprehender es necesario para someter a crítica todo lo que se exponga. De esta manera, los estudiantes conseguirán tener las “herramientas” necesarias para razonar, para analizar cualquier cosa de su vida, para compararla e incluso para entenderla y saber actuar ante la misma.
Sí, conseguirán tener la capacidad para poner en duda las cuestiones que se planteen, para refutarlas e incluso para reafirmarlas mediante las correspondientes argumentaciones. Unos aprendizajes que no solo serán importantes para clase sino para la vida en general, tanto en el presente como en el futuro.