Definición de anécdota
Se cree que el término anécdota proviene del vocablo francés anecdote, que a su vez derivaría de un concepto griego. Una anécdota es una narración breve donde se relata alguna cuestión curiosa a modo de diversión o como ejemplo.
Por ejemplo: “Miguel, cuenta otra vez la anécdota del barco, que es muy graciosa”, “El público comenzó a reír cuando el actor contó una anécdota de su adolescencia”, “¿Te han contado la increíble anécdota de Julio con Lionel Messi?”.
Muchas situaciones compartidas con amigos se convierten en anécdotas.
El arte de contar una anécdota
Las anécdotas giran en torno a hechos reales. Sin embargo, con el objetivo de hacerlas más atrapantes, es habitual que la persona exagere ciertas cuestiones o incluya elementos que no son verídicos.
Es común que las personas muy carismáticas, esas que poseen una gracia peculiar, diviertan a sus amigos y familiares con anécdotas que muchas veces cuesta creer. En este sentido, podemos decir que forman parte del mismo grupo de relatos que los chistes, ya que sirven para romper el hielo y amenizar reuniones, siempre que los cuente la persona adecuada.
Los periodistas del espectáculo suelen pedir a sus entrevistados que cuenten anécdotas divertidas con bastante frecuencia, ya que esto puede dar lugar a situaciones muy graciosas. Dado que muchos famosos vienen de pasados difíciles y han tenido que derribar numerosos obstáculos para llegar a cumplir sus sueños, no es raro que a lo largo de su camino hayan acumulado una serie de historias absurdas, las que por lo general suscitan el comentario «mejor reír que llorar».
Situaciones anecdóticas
Un problema técnico en medio de una puesta en escena en vivo, un fallo en la vestimenta de uno de los actores, un micrófono que deja de funcionar en el peor momento posible, un grito de una persona de la audiencia o una lluvia inoportuna, entre un sinfín de otros factores, pueden desencadenar una anécdota que divierta a miles de personas durante años.
Las anécdotas suelen tener un contenido gracioso.
Por lo general, las anécdotas más graciosas son aquéllas que presentan situaciones embarazosas, porque son las que llegan con más facilidad al público; por otro lado, aquéllas en las cuales existen códigos internos que sólo comprenden los allegados al relator no despiertan mucho interés. De todos modos, siempre juega un papel muy importante la forma en la que se cuentan los hechos, a veces incluso más importante que el de la historia misma.
Muchas veces las anécdotas sirven para graficar una situación o para lograr que una idea resulte más fácil de comprender. Un dirigente político que busca explicar su programa económico a la población puede apelar a una anécdota para demostrar cómo repercute su plan en la vida cotidiana. Un director técnico de fútbol, por su parte, puede relatar una anécdota a los integrantes del plantel que dirige para intentar demostrar algo a los jugadores.
La anécdota como hecho actualmente irrelevante
Una anécdota también puede ser una simple curiosidad o algo que carece de relevancia: “Tengo una anécdota para contarte: recién me crucé en la calle con Gastón y, cuando lo saludé, no me reconoció por mi nuevo peinado”, “La discusión que tuve con el gerente comercial ya no es más que una anécdota: ambos nos pusimos de acuerdo y decidimos trabajar en conjunto para impulsar el crecimiento de la empresa”.
Según este punto de vista, una anécdota es una situación que quizás ha tenido importancia en el pasado, pero que la ha perdido. Por lo general se trata de algo de relativa negatividad, como ser una discusión o un problema que solía causar preocupación, pero que en la actualidad ya no tiene el mismo carácter, sino que ha pasado a ser una cosa trivial. En estos casos también es posible usar el adjetivo anecdótico para describir las situaciones que se han convertido en anécdotas.